REVOLUCIÓN CULTURAL

"En el mundo actual, toda cultura, toda literatura y arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una línea política determinada. No existe en realidad, arte por el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle paralelo a la política o sea independiente de ella. La literatura y el arte proletarios son parte de la causa de la revolución proletaria en su conjunto; son, como decía Lenin, engranajes y tornillos del mecanismo general de la revolución." - Mao Tse-tung

domingo, 12 de mayo de 2013

INFORME POLÍTICO SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL



LA CRISIS ECONÓMICA REVELA LA AVANZADA DESCOMPOSICIÓN DEL CAPITALISMO MUNDIAL
Especialmente poderosa y profunda en los países imperialistas, la crisis económica, con epicentro hoy en Europa, muestra al cabo de cinco años que no es una crisis exclusiva de los países más industrializados, sino de todos los países, intermitente y desigual. Los anuncios de la burguesía imperialista sobre la recuperación económica, han sido de efímera duración, puesto que falsean la realidad, percibiendo una aparente recuperación argumentada no en la base económica de la producción social, sino en aspectos aislados y artificiales del capital financiero, como es el caso de su rédito en las explotaciones mineras en países suramericanos y africanos. La recuperación real de la economía de algunos países imperialistas como Estados Unidos y Alemania, se circunscribe a cortos períodos dentro de la misma crisis.
Es una crisis de superproducción relativa de todo el sistema capitalista mundial, con profundas causas económicas en la anarquía de la producción y en el antagonismo de la contradicción fundamental, que exterioriza en la superficie de la sociedad la caducidad de este sistema mundial basado en la explotación asalariada, su incompatibilidad con el progreso social y el uso de la naturaleza.
La crisis económica al revelar el avanzado estado de descomposición del capitalismo mundial, está revelando la necesidad inevitable y urgente de la transición revolucionaria a una nueva sociedad socialista mundial.
No es suficiente la indignación contra el capitalismo; es absurdo pretender acabar las crisis sin acabar con el imperialismo, fase agónica del sistema capitalista. ¡El capitalismo agoniza!, ¡no basta resistir!, ¡el mundo necesita la revolución!, es la orientación revolucionaria de los comunistas para el proletariado y las masas trabajadoras cansadas de sufrir bajo este sistema mundial de opresión y explotación.

LAS CONTRADICCIONES MUNDIALES Y LA REVOLUCIÓN
Por sí misma, la crisis económica ha profundizado la crisis social propia del capitalismo. Las medidas imperialistas contra la crisis, además de inocuas por ser impotentes ante sus causas de fondo — la anarquía de la producción y la contradicción antagónica entre una producción cada vez más social y una apropiación cada vez más privada — por el contrario, al ser medidas de salvamento para los dueños de la propiedad privada, agravan más la contradicción fundamental, y con ella, hacen más explosiva la crisis social ya no solo en los países oprimidos sino también en los propios países imperialistas.
La frenética monopolización de las empresas quebradas, tierras, aguas y minas, la estrangulación financiera de los países oprimidos, el descenso en la producción industrial, el desaforado crecimiento del ejército industrial de reserva en todos los países, de las hambrunas y pandemias, son las características de la presente crisis, en las cuales descuella la infernal superexplotación del proletariado mundial bajo formas y métodos tan brutales como los que acompañaron el surgimiento del capitalismo.
La agudización de las contradicciones mundiales del imperialismo ha llevado al estallido de esta crisis económica del capitalismo mundial, crisis que a su vez actúa sobre las contradicciones que la causan, amplificando su agudización. Tal es el embrollo al que ha sido conducida la sociedad por el imperialismo, por el capitalismo agonizante, decadente y descompuesto.
En medio de la tragedia social, la propia crisis muestra la perspectiva para el avance de la sociedad. Los hechos de la presente crisis dan cuenta, como nunca antes, de la extensión y profundidad de la contradicción mundial entre el proletariado y la burguesía; reafirman su carácter de contradicción principal en el mundo actual. Por fin, la contradicción económica fundamental del capitalismo, se manifiesta en el terreno social, directamente en sus clases antagónicas, de cuya lucha pende la existencia del sistema en su conjunto y el tránsito hacia el progreso general de sociedad, hacia la supresión de la explotación del hombre por el hombre.
No por casualidad las actuales teorías revisionistas, falsificadoras del Marxismo Leninismo Maoísmo, pretenden negar el papel histórico del proletariado mundial y su existencia como clase social. Su anhelo de descabezar la Revolución Proletaria Mundial, evidencia que el oportunismo sirve objetivamente a la reacción y al imperialismo, es el destacamento político de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Por su parte, la confusión de los marxistas leninistas maoístas, en cuanto a desconocer, subestimar o ignorar el peso mundial actual de la contradicción entre el proletariado y la burguesía, conlleva a la impotencia política de la revolución, incluida la guerra como continuación de la política por otros medios.
La crisis ha atizado la contradicción mundial entre los países imperialistas y los países oprimidos, donde mantener el parasitismo imperialista hace más pesado el yugo del dominio político y económico semicolonial, entreverado con reaccionarias guerras de agresión colonial contra países de Asía y África, donde las justas rebeliones del pueblo contra regímenes reaccionarios, a falta de una dirección revolucionaria, son ahogadas en sangre y usurpadas por el capital financiero y la máquina de guerra imperialista.
La clásica postura oportunista de negar las contradicciones interimperialistas, encontró en la pasajera hegemonía del imperialismo norteamericano, una condición material para confesar su claudicación ante el imperialismo. Tal teoría oportunista, ha recibido un rotundo mentís en la presente crisis económica del capitalismo mundial, que ha dejado a la vista cómo pululan y se agravan las contradicciones entre los grandes grupos monopolistas, y entre los países imperialistas, creciendo el frenesí de su competencia económica, destrozando los velos diplomáticos de la preparación militar para la guerra en el interés privado de la burguesía imperialista de sacrificar nuevamente a la sociedad quemando medios de producción e inmolando soldados obreros y campesinos. Los embates de los países imperialistas en la exportación del capital financiero y en las guerras de agresión a pequeños países, sirven para tantear a sus contrincantes y para proyectar alineamientos entre países o bloques imperialistas, en su incesante lucha por posiciones y territorios estratégicos, por las fuentes de las materias primas, por la fuerza de trabajo barata.
Los poros de la sociedad transpiran rebelión de los explotados y oprimidos en infinidad de formas, algunas de abierto carácter de clase y con organización de las masas armadas dirigidas por los comunistas; otras como sordo y masivo rechazo a la brutalidad capitalista, a las imposiciones bancarias, a las invasiones armadas, a la destrucción de la naturaleza… expresiones objetivas, espontáneas, de una necesidad inconsciente en general para las masas: el capitalismo imperialista en crisis embrolla a la sociedad que necesita avanzar al socialismo. Es necesario eliminar al parásito. Donde los comunistas han llevado la conciencia de esta necesidad a las masas, han encontrado su apoyo para organizar y dirigir la revolución.
Apelar a las masas, principalmente a las del proletariado, es hoy la orientación política revolucionaria para la actuación de los comunistas en su trabajo político de elevar la conciencia, movilizar, organizar y dirigir a las masas, para enfrentar la crisis social y transformarla en crisis revolucionaria, para impedir la destrucción de la naturaleza, para detener con la revolución una tercera guerra mundial, o transformarla en guerra civil revolucionaria, en guerra popular contra todo el poder del capital.

EL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL
Las luchas del proletariado mundial, de los pobres del campo, de los hombres y mujeres que viven de su trabajo, de los arruinados por los monopolios, de los desterrados por el capitalismo, de los oprimidos y perseguidos a causa de su raza, nacionalidad, sexo, ideas políticas y religiosas, de los enemigos de las tiranías y las guerras de rapiña, de los pisoteados en los países, naciones y territorios usurpados por los imperialistas, de los defensores de la libertad y la naturaleza… constituyen la poderosa fuerza objetiva suministrada por las contradicciones del imperialismo a la causa de la Revolución Proletaria Mundial. Fuerza que para derrocar al capitalismo, necesita la luz de las ideas del socialismo y la dirección del proletariado a través de su Partido político mundial, la Internacional, y sus respectivas secciones o Partidos en cada país.
La debilidad de la Revolución Proletaria Mundial se concentra en el Movimiento Comunista Internacional - MCI que atraviesa un período de gran confusión y gran dispersión, a causa del revisionismo seudo MLM, emergido en el Movimiento Revolucionario Internacionalista - MRI, donde fracturó su papel de centro ideológico y político marxista leninista maoísta, lo sumió en la bancarrota, condujo a la traición prachandista de la Revolución en Nepal y al degenero del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) - PCN(M), se entronizó como línea revisionista oficial del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos - PCR,EU declarando insuficiente la teoría del Marxismo Leninismo Maoísmo para resolver los problemas actuales de la revolución, caduco el papel histórico del proletariado, cuestionada su experiencia revolucionaria en el siglo XX y su método de pensamiento.
El peligro principal para la unidad del Movimiento Comunista Internacional es el revisionismo, formulado en lo ideológico en la llamada “nueva síntesis” de Avakian asumida por el PCR,EU; en lo político en el programa prachandista de “transición pacífica” que llevó al desarme y traición de la revolución en Nepal, y que tras el desprestigio y degenero del Partido Comunista de Nepal Unificado (Maoísta) – Partido Comunista de Nepal (Maoísta) - PCNU(M), ahora tomó la forma del programa “insurreccional” del “nuevo” PCN(M) dirigido por Kiran, respaldado por partidos centristas provenientes del MRI, que inicialmente ya habían sido conciliadores directamente con el prachandismo.
Resolver hoy el problema de la unidad del MCI, es resolver el problema de cómo retomar la tarea de construir una nueva Internacional Comunista, tarea de suma urgencia y prioritaria importancia en la situación actual de profunda crisis económica del capitalismo mundial y de mayor agudización de las contradicciones mundiales del imperialismo.
No se trata de una nueva Conferencia Internacional y una nueva Organización internacional reagrupada sobre la base de un balance superficial del fracaso del MRI, como se colige de la Resolución de partidos maoístas hecha pública el Primero de Mayo de 2012, quienes reconocen el hecho del revisionismo en el MRI y su colapso, pero eluden la relación profunda, esencial, entre el predominio de una línea revisionista y la bancarrota del MRI. No rompen con el fondo ideológico y político de la línea revisionista que prevaleció en el MRI no solo por ser la línea oficial de algunos de sus partidos, sino por la tolerancia general con las tendencias oportunistas de derecha y de “izquierda” que permitió silenciosa la degeneración del movimiento. Resaltar algunas consecuencias como el “hegemonismo” del PCR,EU en el antiguo Comité, o la “traición” prachandista — no la del Acuerdo de Paz del 2006 — sino su posterior perversión parlamentaria y abierta sumisión al imperialismo y la burguesía, no cambia el carácter CENTRISTA de la propuesta, que tiende a mantener la tolerancia con el oportunismo, a ser más una sumatoria organizativa de fuerzas que se llaman a sí mismas marxistas leninistas maoístas, donde la posición centrista a medio camino en su crítica al revisionismo, deja abierto el campo a los herederos del prachandismo, a quienes da abierto y activo respaldo como “nuevo” PCN(M) de Kiran, que con gritos antiprachandistas, en su llamado 7º Congreso reafirmó el camino de la “transición pacífica”, esencia revisionista del prachandismo, reclamando más democracia a la burguesía “amenazándola” con “tomar nuevamente las armas”. 
Al centrismo tolerante con el daño causado por el revisionismo en el MRI, también conducen las posiciones de algunas organizaciones que declarándose defensoras del Partido Comunista del Perú – PCP y del “Pensamiento Gonzalo”, atacan a los partidos y organizaciones marxistas leninistas maoístas que públicamente y de conjunto, han declarado su lucha irreconciliable con el revisionismo y el centrismo, sin cuya derrota la unidad del MCI será artificial, endeble y pasajera. Tales posiciones desde la “izquierda” proclaman el deseo voluntarista y conciliador de resucitar al MRI, llegando a exabrupto de endilgar propósitos liquidadores precisamente a los marxistas leninistas maoístas que han denunciado al revisionismo y al centrismo conciliador, reales liquidadores del MRI. Son “izquierdistas” que en esencia se deslizan al pantano centrista conciliador con el revisionismo y en los hechos contribuyen a desviar la atención del peligro principal. Pero erigir a tales posiciones “izquierdistas” en blanco y peligro principal, sería caer en la trampa de desviar la atención del peligro principal, confundir a las fuerzas revolucionarias, mellar el filo de la lucha contra el revisionismo.
En el actual período de gran confusión y gran dispersión del Movimiento Comunista Internacional, son varios los partidos y organizaciones que en defensa del marxismo leninismo maoísmo, se han opuesto y denunciado al revisionismo y al centrismo.
Entre ellos, partidos y organizaciones de diversos países, han expresado una correcta orientación revolucionaria insistiendo en que ¡La unidad internacional de los comunistas exige la derrota del revisionismo y del centrismo! Un llamado hecho público y proclamado de conjunto, no por casualidad, sino por la identidad general con una base de unidad caracterizada por reconocer los méritos históricos del MRI y aceptar su derrota a manos del revisionismo; por el compromiso de luchar por la unidad de los marxistas leninistas maoístas en el MCI a condición del deslinde profundo con el revisionismo y el centrismo conciliador; por la defensa de los principios fundamentales del Marxismo Leninismo Maoísmo sobre la lucha de clases, el Estado, la revolución, el papel histórico de las masas, la vía de la violencia revolucionaria de las masas armadas para derrocar el viejo Estado, la necesidad histórica de la Dictadura del Proletariado incluidos los países semifeudales y semicoloniales bajo la forma del Estado de Nueva Democracia, la necesidad de continuar la revolución bajo la Dictadura del Proletariado, el imperialismo como fase superior, última del capitalismo y antesala del socialismo, la caducidad de la revolución democrático burguesa de viejo tipo, la vigencia de la Revolución Proletaria Mundial y el papel de vanguardia del proletariado en ella, la necesidad del Partido como destacamento político y forma superior de organización del proletariado, la inevitabilidad de las crisis en el capitalismo, el peligro de guerra mundial, el papel revolucionario de las guerras y las crisis como ocurre con la presente.
Como es natural en la gran confusión y gran dispersión del Movimiento Comunista Internacional, estos partidos y organizaciones aunque hacen parte de la misma tendencia marxista leninista maoísta, tienen divergencias importantes en ideología y en política, susceptibles de ser discutidas en el momento actual, como contradicciones en el seno del pueblo, como asuntos divergentes dentro de una misma tendencia.
Las divergencias en el terreno ideológico implican cuestiones de la concepción materialista dialéctica del mundo y su movimiento, de las formas de lucha y de organización, de la aplicación creadora de la ciencia a los problemas de la revolución en cada país, de la teoría leninista sobre la relación entre masas, clases, partidos y jefes… En el terreno político, sus divergencias se manifiestan en el reconocimiento materialista de la contradicción principal en el mundo, la caracterización del capitalismo en los países oprimidos, el carácter de la sociedad y la revolución en los países oprimidos capitalistas, la relación entre la guerra popular y la insurrección, la particularidad de la guerra popular en los países oprimidos y en los países imperialistas, en cuestiones de la experiencia histórica de la Internacional Comunista…
Es el momento de profundizar la discusión en el MCI para avanzar a un deslinde general entre el marxismo leninismo maoísmo y el oportunismo, principalmente el revisionismo seudo MLM; un deslinde en todas las cuestiones de una Línea General que trace fronteras claras en lo ideológico, político y organizativo. Se hace necesaria una Propuesta de Línea General a la discusión de los comunistas,  que sirva de hilo conductor tanto para delimitar campos y profundizar la lucha teórica contra todas las falsedades revisionistas y centristas difundidas a nombre del Marxismo Leninismo Maoísmo en este período de gran confusión, como para resolver las divergencias entre los marxistas leninistas maoístas, separar las discusiones sobre asuntos de principios de otras pequeñas y grandes diferencias inevitables en esta larga crisis del Movimiento Comunista Internacional, reafirmar sus identidades, fortalecer su posición en el Movimiento Comunista Internacional, estrechar relaciones entre sus organizaciones, guiar la necesidad de reuniones bilaterales y multilaterales, y la publicación de un órgano teórico internacional. 
Por lo demás, la crisis económica del capitalismo mundial ha creado magníficas condiciones objetivas para que los comunistas puedan:
Librar la lucha contra el oportunismo al calor de la lucha de clases, denunciando su apoyo de hecho al imperialismo, educando al proletariado en ese trascendental problema de la revolución, elevando su conciencia de clase y de las masas sobre la avanzada descomposición del capitalismo y la necesidad de vencer al oportunismo para poder derrotar al imperialismo con la revolución.
• Agrupar la tendencia más proletaria del movimiento, intransigente con el revisionismo y el centrismo, firme en aceptar que el imperialismo es la fase final del capitalismo, después de la cual no sigue ultraimperialismo ni rejuvenecimiento ni recomposición de un sistema ya muerto para el progreso de la sociedad; un sistema descompuesto, donde no basta llamar a resistir como si fuera un sistema imbatible, sino que es necesario avanzar en la Revolución Proletaria Mundial para derrotarlo con la violencia revolucionaria, con el pueblo armado, con la guerra popular; donde es imprescindible reconocer en el proletariado la única clase consecuentemente revolucionaria de la época y trabajar en ella políticamente en miras a construir su Partido, para dirigir toda su lucha de clase; ubicar su peso en las contradicciones mundiales; aceptar que la dirección del movimiento está determinada hacia el nuevo Estado de la Dictadura del Proletariado.
• Favorecer la actuación política conjunta de los comunistas, en el ejercicio del internacionalismo con su lucha mundial y la de los pueblos del mundo en la perspectiva del socialismo y el comunismo, contra el sistema capitalista, contra las causas de su crisis económica no sólo contra las consecuencias, contra una nueva guerra mundial imperialista, contra el viejo Estado reaccionario de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo.
• Preparar una verdadera Conferencia Internacional de los marxistas leninistas maoístas, cuya unidad se fundamente en la derrota del revisionismo y el centrismo, pues sólo así puede ser un paso firme para marchar hacia una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo Leninismo Maoísmo.

COLOMBIA NO ESCAPA A LA CRISIS ECONÓMICA DEL CAPITALISMO
El embate en Colombia en el año 2012 de la crisis económica del capitalismo mundial, dejó a la vista que la recuperación económica tan mentada por los medios burgueses en años anteriores, era en realidad leve y muy aparente.
Los extraordinarios negocios de la burguesía, los terratenientes y los imperialistas en estos tiempos, con la coca, el petróleo, la minería, también han sido estremecidos por la crisis. En medio del frenesí del capital financiero y los grandes grupos monopolistas que acaparan despojos de la crisis, Interbolsa explota cual burbuja de especulación financiera. Bajo el manto semicolonial y lacayo de “favorecer la inversión extranjera”, a los grupos monopolistas de los países imperialistas, el Estado les renueva sus concesiones centenarias mineras y petroleras, y les otorga posesión de las aguas, páramos y parques naturales. Las querellas de los politiqueros oportunistas, las denuncias de ecólogos y algunos periodistas, son todas, flor de un día, ante el poder corruptor del capital en el gobierno y los funcionarios estatales vigilantes del medio ambiente. Sólo las masas trabajadoras mantienen su voz y movilización en alto.
La clase obrera en particular y las masas trabajadoras en general, no escapan a las devastadoras consecuencias de la crisis mundial. Los capitalistas al amparo de la “Prosperidad para todos” incrementan la superexplotación del proletariado. Pregonan el derecho al sindicalismo, pero en los hechos persiguen, destruyen, desconocen, impiden y socaban las organizaciones sindicales de los obreros. El gobierno criminaliza todo intento de resistencia y rebelión.
Prototipo de tal realidad es hoy uno de los sectores de punta del capitalismo en Colombia: los campos petroleros de los Llanos Orientales convertidos en verdaderos campos de concentración vigilados por paramilitares. Sólo en Campo Rubiales, donde quienes producen la plusvalía fluctúan entre 12.000 y 15.000 obreros llegados de todas partes del país huyendo de la falta de trabajo en esa rama debido a la crisis, terminan el año 2012 con frentes de obra congelados, despidos masivos que en los últimos meses han reducido en un 40% el personal contratado, salarios inferiores en promedio al $1’800.000 lo que equivale a un precio miserable de esta fuerza de trabajo calificada que se explota en condiciones insalubres, que por tener sus familias en la lejanía es además presa de asaltantes cebados en las carreteras, todo lo cual obliga a los obreros petroleros a trasladar su prole a fundar poblados de cambuches apestosos, sin agua, luz ni alcantarillado.
La superexplotación en Campo Rubiales no tiene límites; intentan aumentar media hora la jornada laboral. El terrorismo de Estado tampoco da tregua asesinando jefes sindicalistas y jefes naturales de las masas indígenas cuyas aguas y territorios son usurpados por los campos petroleros e infestados por los desechos de la producción.
Las explotaciones de petróleo en los Llanos, botín de mafiosos e imperialistas en el régimen de Uribe, son hoy campo de disputa con la burguesía gobernante que apela a la presión con los permisos ambientales para entrar en el negocio. Y son parte del acuerdo que hizo posible los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC: Convertir los llanos orientales en una gran zona de desarrollo agropecuario empresarial, aceptando la inversión extranjera pero que fuera “democrática”, en el sentido de que no estuvieran solos los gringos.
El capitalismo se abre paso a sangre y fuego en medio país, otrora destinado al ganado, la pesca, el cultivo de arroz y plátano, cuando no cubierto de selvas. Deja a su paso miseria, desolación y muerte en la población; pero grandes riquezas en manos de los grupos monopolistas. Y con ello, nuevos y numerosos contingentes de obreros con odio y descontento acumulados, en contacto estrecho con comunidades campesinas, indígenas y comerciantes, víctimas de la “civilización” del petróleo, el coltán y la coca. Todos prestos a la luz de la conciencia y las ideillas de organización que deben llevarles los comunistas.
Como en el mundo, en Colombia también la crisis económica ha empeorado la crisis social, agravando más los antagonismos de clase.
La orientación revolucionaria de los comunistas ante esta situación de crisis del capitalismo en Colombia, es opuesta diametralmente a los emplastos reformistas para sobrellevarla, sin comprometer el poder de la burguesía, ni la explotación capitalista, sino apenas los “abusos” de los monopolios en los recortes sociales. Ni siquiera puede quedarse en la mera lucha de resistencia contra las consecuencias de la crisis. Son éstas las mejores condiciones para estrechar vínculos con el movimiento obrero, ahondar raíces de todo tipo en el proletariado, construir el Partido en las fábricas, avanzando lo más posible durante este período de crisis en los “ensayos revolucionarios” de la lucha política que suprimirá definitivamente la causa de la crisis: el régimen económico social basado en la explotación asalariada.

EL GOBIERNO DE SANTOS: FERREA DICTADURA DE LOS CAPITALISTAS
El Gobierno de Santos, que por su forma comenzó siendo un acuerdo temporal de las clases dominantes para desmontar el poder de los capitalistas mafiosos en el Estado, ha dejado de ser un gobierno de transición, pasando a ser ya el Gobierno de un régimen democrático burgués, la mejor envoltura para encubrir la esencia del Estado: dictadura de clase de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo.
Por su contenido, el Gobierno de Santos no solo continúa siendo un acuerdo de los capitalistas para ejercer su dictadura sobre el pueblo, sino que es un Gobierno que ha intensificado la explotación y la opresión de las masas trabadoras en general.
De ahí, que el Gobierno democrático burgués de Santos mientras parlamenta sobre los DDHH y los crímenes paramilitares del régimen de Uribe, con el silencio cómplice de sus medios de comunicación continúa el asesinato selectivo de dirigentes sindicales, desplazados y populares. Sigue masacrando a los pobres en el campo y las comunas, multiplicando la desaparición forzada. Abarrota cárceles y comisarías con judicializados por el delito de pensar y protestar; oprime espantosamente a las mujeres y las minorías. Cierra revistas, despide y asesina periodistas por atreverse a contar los hechos. Impone el Fuero Militar para garantizar el terror oficial de las fuerzas represivas del Estado y dota a las fuerzas militares y policiales de sofisticadas armas imperialistas, venenosas, eléctricas y ultrasónicas, destinadas a la represión del movimiento de masas, oficializando la brutalidad policial para reprimir violentamente toda protesta social.
Bajo el rótulo de la “Prosperidad para todos” el gobierno de Santos protege a sangre y fuego los intereses de los explotadores colombianos y los beneficios de los imperialistas. Rebaja el salario a los obreros y multiplica las ya millonarias mesadas de los parásitos funcionarios estatales. Su demagogia con la “vivienda gratis” es en realidad un anticipo de campaña electoral, contrario a la realidad de los damnificados por el invierno y de los pobladores de Gramalote destechados por un terremoto, a quienes se les incumplieron todas las promesas de vivienda; demagogia al servicio de la libertad de estafar al pueblo por cuenta de las mafias de urbanizadores piratas, y de la tolerancia con el desplazamiento forzado en las ciudades; demagogia para distraer la imposición al pueblo de una nueva carga tributaria en la reforma que aumentó los impuestos a los pobres con alzas exorbitantes en el impuesto predial, cobros millonarios de valorización, reestratificación, mientras que como siempre ocurre, rebajó y condonó los impuestos a los más ricos y a las grandes empresas imperialistas. Ante el repudio general del pueblo contra la Ley 100 que transformó la salud pública en un negocio privado, prepara una nueva reforma a la salud para disuadir la lucha directa del pueblo, con la distracción de sacar a las EPS del negocio, cuando en realidad en un embeleco con otro nombre para mantener el gran negocio capitalista de la privatización de la salud.
Con la “Ley de Víctimas y Restitución de Tierras” el Gobierno de Santos finge devolver la tierra a los campesinos despojados, pero en los hechos ha empeorado la situación de los desplazados, pues les ha ido suprimiendo las limosnas estatales bajo la promesa de una indemnización que incluye los subsidios ya recibido y a condición de que renuncien a toda lucha por reclamar sus derechos. Las amenazas del Ministro de Agricultura y la lucha notarial contra los testaferros, son parte de un pulso con la mafia, no para devolver la tierra a los desplazados, ni para hacer la restitución por vía administrativa, sino para dejarla a disposición de la “inversión” imperialista y la agricultura empresarial capitalista.
La propaganda estatal en “defensa del sindicalismo” es una gran mentira que sirve de cortina de humo tras la cual el Gobierno de Santos respalda con el poder de las armas a todos los patrones capitalistas, en el régimen carcelario de las fábricas y el infernal aumento de la intensidad del trabajo, en la destrucción de nuevos sindicatos acudiendo a la amenaza, asesinato y desaparición de sindicalistas, en la incesante persecución sindical y despidos masivos por la sola causa de atreverse a organizar un sindicato, en el desconocimiento generalizado de pliegos y convenciones, en la rebaja general del salario mínimo orquestada con las camarillas dirigentes de las centrales, en la imposición de nuevas formas de “cooperativas de trabajo asociado”, cuando no de sindicatos de bolsillo avalados por la centrales, como fue el caso en Campo Rubiales con la Unión de Trabajadores de la Industria Energética Nacional - UTEN de la Confederación General del Trabajo - CGT.
Todos los obreros deben saber que para los capitalistas y sus representantes políticos, la fuerza de trabajo de los proletarios, sólo les interesa en calidad de mercancía especial que al explotarla incrementa el capital; más allá de eso, todos sus discursos son simples prédicas hipócritas para hermosear el gran negocio de  la explotación asalariada.
La bandera de la paz del Gobierno de Santos, encubre bajo sus pliegues la continuación de la guerra contra el pueblo, pues la renta extraordinaria de la tierra seguirá conduciendo a la guerra de los sectores que se la disputan. Todo el capital que acuda a invertir en la coca, la palma, la minería o el petróleo, le toca armarse.
La dictadura de los capitalistas que el reaccionario Gobierno de Santos ejerce con palabras de democracia, ha acelerado al agravamiento de la crisis social causado por la crisis económica del capitalismo mundial.
También en Colombia, la crisis económica ha agudizado todas las contradicciones de clase en la sociedad. De ellas la más importante, por ser la principal, es la contradicción entre el proletariado y la burguesía, que como tal debe ser considerada base social objetiva no solo del programa estratégico de la Revolución Socialista, sino de todo plan de lucha inmediata.
La crisis ha atizado así mismo las contradicciones interburguesas, entre la burguesía financiera y los demás sectores burgueses, entre sectores de la burguesía agraria y exportadores con el mismo Gobierno por causa de los TLC y la tasa de cambio afectada por  “lavado” oficial de dólares. Además, el cese del poder predominante de la mafia en el Estado, no significa que haya sido barrido completamente su poder político, pues mantiene representantes políticos no necesariamente mafiosos, aunque sí uribistas, en el Congreso, en las Gobernaciones y Alcaldías, en los viejos y el nuevo partido Centro Democrático, en la Vicepresidencia y la Procuraduría… Y aún más en el poder económico de todos los negocios non sanctus de la burguesía, en el tránsito del capital mafioso hacia los bancos legalizado en compra diaria de dólares por el Banco de la República y en la recepción directa de sus capitales del extranjero sin tope ni permisos oficiales, y hacia los grandes grupos monopolistas que ya no solo compran frentes de guerra o equipos de fútbol sino industrias; ya no solo tienen rutas internacionales de sicotrópicos, sino de exportación de capital diversificado aceleradamente en esta crisis, hacia otros países e incluso otros continentes. Prosigue más abierta y enconada la contradicción interburguesa con los capitalistas mafiosos.
Tales contradicciones en el seno de los enemigos del pueblo, los dividen y debilitan, constituyendo una reserva indirecta muy favorable ahora a las luchas del proletariado y del pueblo en general.
La consigna revolucionaria sigue siendo ¡Contra el Gobierno de Santos y por la Revolución Socialista! ¡Avanzar en la preparación y organización de la Huelga Política de Masas!

EL MOVIMIENTO DE MASAS PERSISTE Y AVANZA EN SU LUCHA DIRECTA
Aguijoneadas por la crisis, la superexplotación y la brutal dictadura de los capitalistas, las masas pobres de la ciudad y el campo persisten firmes y avanzan en el camino de la lucha callejera y directa, contra los patronos y sus representantes en el Estado, contra las compañías imperialistas y los expropiadores de las tierras, contra sus protectores y compinches en el Estado, contra las calamidades por causas naturales agravadas siempre por la desidia, la corrupción y la politiquería de los gobernantes.
El agravamiento de la crisis social por cuenta de la crisis económica y la dictadura de clase de los capitalistas ejercida en el Gobierno de Santos, significa mayor odio entre oprimidos y opresores, entre explotados y explotadores, más choques entre las clases sociales, más y frecuentes paros y huelgas políticas algunas ya con carácter regional, más combustible para generalizar una gran Huelga Política de Masas que abarque todo el país.
Concomitante con el rechazo del pueblo al camino politiquero para resolver sus problemas, la huelga se ha ido aprestigiando como poderosa arma de lucha de los explotados. Hasta los propios funcionarios judiciales del Estado hicieron uso efectivo de ella. Igual hacen los obreros temporales, activos participantes de las huelgas obreras que tienden a generalizarse en las grandes empresas imperialistas de explotación minera y petrolera.
De prosperar esta tendencia, las huelgas políticas que las masas llevan a cabo, encontrarían un apoyo excelente entre el proletariado, lo cual no solo las hace más poderosas, sino que favorece la dirección revolucionaria en la perspectiva de la Revolución Socialista.
Por ser una tendencia objetiva de la lucha de clases en Colombia, las diversas formas de la lucha revolucionaria de las masas se entrecruzan, tienden a juntarse y reforzarse, pero todavía como un proceso espontáneo, que urge la acción de los comunistas y revolucionarios, quienes asimilando las enseñanzas de la experiencia anterior, cultiven en las masas la confianza en su propia lucha, eleven su conciencia sobre la necesidad de unir en una sola lucha, una sola plataforma y una sola organización, sus diversas huelgas políticas y económicas, manifestaciones y protestas, bloqueos y asonadas, en la tendencia general a confluir en una gran Huelga Política de Masas.
La propia lucha de las masas demuestra que los Comités de Lucha (de Huelga, de Paro, de Usuarios, de Protesta… como quieran llamarlos) son la forma política necesaria ahora para organizar con independencia la lucha amplia de las masas, donde las condiciones son aún más propicias que en años anteriores para generalizarlos en el curso mismo de la lucha, para proseguir la preparación y realización de los Encuentros de Masas (Obrero-Populares, Obrero-Campesinos, Asambleas Obrero-Populares….  como quieran llamarlos, en preparación de Encuentros Nacionales encaminados a definir los preparativos prácticos para generalizar una gran Huelga Política de Masas) que resuelvan ejecutivamente las tareas de organización y lucha de las masas trabajadoras, las expresen en un único plan y Plataforma de Lucha recogiendo las reivindicaciones comunes que el pueblo exige a los capitalistas y a su Estado burgués, terrateniente y pro-imperialista.
Si los capitalistas y el gobierno se han llenado de pavor y visto obligados a ceder y pactar compromisos, apenas ante unos cuantos connatos de lucha directa simultánea, de los obreros corteros de caña y los indígenas en el Valle y Cauca, de los palmeros y petroleros del Magdalena Medio, de los estudiantes y los obreros petroleros de Rubiales, de la comunidad y los huelguistas petroleros en Casanare… cómo se pondrán cuando el pueblo colombiano marche bajo una misma bandera de unidad, organización y lucha.
En las actuales condiciones de crisis económica, de represión y demagogia del Gobierno de Santos, de balas en celofanes de paz, se torna más poderosa la necesidad objetiva de que las diversas formas de la lucha directa del movimiento de masas, confluyan hacia la generalización en una gran Huelga Política de Masas, haciendo más necesario aún el trabajo político entre los sectores más pobres y más proletarios de la población, y cuanto más vigente la consigna revolucionaria ¡Ni el Estado, ni los politiqueros! ¡Sólo el pueblo salva al pueblo!
El trabajo de los comunistas entre las masas no puede reducirse a elevar la conciencia sobre la necesidad de generalizar las huelgas políticas de masas, pues no basta conquistar las reivindicaciones de la Plataforma táctica inmediata; esa es apenas una escuela, una forma de acumulación y organización de fuerzas, para  avanzar a la lucha definitiva que suprima de raíz los males y sufrimientos del pueblo colombiano, cuya causa está hoy en las relaciones de producción capitalistas, basadas en la propiedad privada sobre los medios de producción y su corolario: la explotación asalariada del trabajo ajeno.

LA BASE OBRERA ABRE PASO A LA REESTRUCTURACIÓN DEL MOVIMIENTO SINDICAL
A pesar de la palabrería de lucha y amenazas de convocar un paro nacional — recursos utilizados por las camarillas sindicales para camuflar su compromiso con la burguesía — el rechazo y la indignación de la base obrera contra su redomada politiquería, va en aumento, acelerado de una parte por su inútil papel en la dirección del movimiento sindical ante las calamidades sufridas por los obreros en esta crisis económica del capitalismo mundial. Pero también de otra parte, por el descarado y semidescarado apoyo que en nombre de todos los obreros, estas camarillas se han atrevido a brindar al Gobierno de Santos y su política antiobrera, atenidos a su palabrería sobre los sindicatos y a que sentó en la Vicepresidencia un reconocido traidor y vende-obrero.
A pesar de la política antisindical de hecho en el Gobierno de Santos, ha sido en estos años donde el movimiento sindical ha roto el estancamiento en su crecimiento cuya tasa de sindicalización en el 2005 (4.6) fue similar a la de 1947 (4.7), y ha mostrado una línea de tendencia al crecimiento mayor en el número de sindicatos aunque de menor crecimiento en el número de afiliados, seguramente por la política de permitir la doble afiliación.
La política de Reestructuración del Movimiento Sindical, expresión de la comprensión consciente de una tendencia objetiva, y que consiste esencialmente en ganar su independencia de clase, para que en vez de interceder por los intereses de los capitalistas, defienda los intereses inmediatos de los obreros no a través de la concertación y los intermediarios politiqueros, sino con la lucha directa de los obreros; para que en vez de servir de apologista de un sistema capitalista “más humano”, sirva y se comprometa con toda la lucha del movimiento obrero por sepultar al capitalismo, por acabar la explotación del hombre por el hombre.
¡El movimiento sindical debe participar en la lucha general del movimiento obrero y del pueblo colombiano contra la burguesía, los terratenientes y el imperialismo! Esa es la línea política de la independencia de clase del movimiento sindical, que choca de frente con el patronalismo de las camarillas y con la influencia oportunista en los sindicatos, ya que el oportunismo es el vehículo más peligroso de la influencia burguesa entre los obreros, pues significa dependencia ideológica y política de los capitalistas y sometimiento servil al régimen de la explotación asalariada. Los partidos oportunistas sin poder negar ni ocultar el gran daño causado al movimiento sindical por la política de conciliación de clases, desvían la atención hacia la cautivadora fuerza ciega de la “unidad de acción” y la reestructuración de la CUT, “olvidando” que llevan casi 30 años en esa pantomima.
La política de la Reestructuración del Movimiento Sindical y su práctica, se abren paso desde abajo y por la base obrera. La lucha por la independencia de clase, los métodos revolucionarios de dirección y de trabajo, el aprecio por la educación, movilización y decisión de las bases, vienen ganando simpatía y apoyo entre los obreros de base, entre los obreros temporales, entre los obreros más superexplotados, quienes por su cuenta y con algunas ideas de conciencia de clase, se han atrevido a tomar en sus propias manos los destinos de su movimiento y de su lucha. Sucede tanto en sindicatos de grandes empresas imperialistas como en empresas de regular tamaño. En sindicatos de obreros contratados a término indefinido, y en las organizaciones que han construido los obreros temporales. En sindicatos afiliados a las centrales y en los que nacen independientes.
Hoy la orientación revolucionaria de los comunistas para avanzar en la Reestructuración del Movimiento Sindical, se concreta en: dar prioridad al trabajo en los sindicatos nuevos y entre los obreros peor pagados; dar prioridad al trabajo en los Sindicatos de Base, sobre el trabajo en los Sindicatos de Industria; marchar hacia la conformación de Federaciones independientes; mantener la tarea de la educación de la base en el centro de todo el trabajo en el Movimiento Sindical, terreno éste último en el cual incursionan hoy Escuelas que se dicen a sí mismas “escuelas del proletariado” pero que en realidad, bajo la etiqueta de “sindicalismo clasista” promueven la ilusión de reestructurar la CUT, con la legendaria bandera oportunista de la “unidad de acción” como panacea de la unidad del movimiento sindical. Semejante educación no sirve a los obreros porque su política impide la conciencia sobre la independencia de clase del movimiento sindical, no permite diferenciar a los enemigos enquistados en los sindicatos, malogra el papel de los sindicatos como escuelas del socialismo al enseñar una teoría contaminada de ideas socialdemócratas, pluralistas, legalistas y conciliadoras con el enemigo de clase. En el fondo, toda cortapisa a la independencia de clase del movimiento sindical, sirve a la política conciliadora de oportunistas, liberales y socialdemócratas, que desde la fundación de la CUT, redujo el movimiento sindical a la impotencia.
Las condiciones del momento son excelentes para avanzar en la Reestructuración del Movimiento Sindical en el curso mismo de organizar y dirigir la lucha de resistencia económica de los obreros, tanto por la situación objetiva de la aguda lucha de clases originada en la explotación asalariada de la fuerza de trabajo, como por la iniciativa obrera desde la base que le abre camino por doquier.

AISLAR AL OPORTUNISMO EN LA DIRECCIÓN DEL MOVIMIENTO DE MASAS
El viraje de la burguesía en el Gobierno de Santos, causó súbitos realineamientos en las filas del oportunismo y del reformismo en general, agravando la disgregación y desprestigio que ya arrastraba el oportunismo, causando fraccionamientos en el variopinto partido Polo Democrático Alternativo y división entre sus partidos oportunistas. Fue “expulsado” el partido comunista mamerto politiquero por ingresar a la Marcha Patriótica, nuevo partido reformista de carácter abiertamente liberal burgués, defensor del capitalismo y comprometido a blanquear sus lacras.
Como parte del realineamiento reformista, en calidad de partido burgués, las FARC acuerdan con el Gobierno de Santos dialogar sobre la forma de apoyar legalmente el desarrollo del capitalismo, esencia de su programa reformista. De nuevo reabren sus diálogos de paz con el Gobierno proimperialista de la burguesía y los terratenientes, en un proceso que apunta a completar la descomposición política de las guerrillas en Colombia.
En tal escenario, y ante la insistencia de las masas en su lucha directa haciendo caso omiso del bombo gobiernista y reformista sobre los diálogos de paz, la Marcha Patriótica es justo el partido popular que necesita la burguesía para influir y movilizar las capas pobres de la población, sobre todo del campo y las zonas de guerra, como lo hiciera en el siglo pasado el partido de Gobierno, el Partido Liberal. Justo el partido pequeño burgués que necesita el Gobierno de Santos para darle base social a su acuerdo con las guerrillas. Aunque se apoya en sectores del pueblo que sufren las embestidas de los poderosos y responden con movilización, el plan de lucha de la Marcha Patriótica va en contravía a la tendencia objetiva de la lucha de clases hacia una gran Huelga Política de Masas, y no puede ser más que un plan de lucha electoral, para reelegir a Santos o para hacerle contrapeso al uribismo representante político de los capitalistas mafiosos.
Las características de la crisis económica, son condiciones que objetivamente refuerzan la tendencia al desprestigio y disgregación del oportunismo, pues inclinan a sectores acomodados de su base social — la pequeña burguesía — a dar la cara por salvar el sistema que ven desmoronarse en medio de la crisis, mientras otros vastos sectores son arrojados al arroyo donde se debate el proletariado. Son condiciones favorables a la tarea de los comunistas de ¡aislar al oportunismo en la dirección del movimiento de masas y profundizar su disgregación!, cuidando diferenciar a los sectores y elementos revolucionarios en sus filas, entre los jefes oportunistas, los jefes intermedios y las bases, desenmascarar a los jefes corrompidos, neutralizar las vacilaciones en los activistas que tienden a apoyar la lucha directa de las masas, hacer una labor paciente y persistente de agitación, propaganda y educación entre los trabajadores engañados por los partidos oportunistas, invitar a los inconformes a romper y pasar a fortalecer las filas de los revolucionarios y comunistas.
Es necesario ajustar un aspecto de la táctica, obligado por la necesidad de acercar a las bases campesinas ilusionadas en que la guerra de las FARC era una guerra revolucionaria, lo cual impone volver al campo como lo hicieran los comunistas del viejo Partido, a difundirles las ideas del proletariado revolucionario, el programa socialista, la estrategia y la táctica revolucionarias, en la perspectiva de reorganizar el movimiento campesino indispensable para que su alianza con el movimiento obrero, sea la fuerza principal de la insurrección, la Revolución Socialista y del nuevo Estado de Dictadura del Proletariado.

TAREA CENTRAL DE LOS COMUNISTAS Y PROLETARIOS REVOLUCIONARIOS
Avanzar en la preparación del Congreso del Partido, es hoy la forma concreta de construir el partido, tarea central de la táctica revolucionaria. Significa en las condiciones actuales:
Afianzar la vinculación a las masas para dirigir sus luchas en la perspectiva de la insurrección y la Revolución Socialista, combatiendo toda manifestación de sectarismo en las relaciones de la organización política con las masas.
Afianzar la vinculación al proletariado para garantizar la composición de clase del Congreso y del futuro Partido, enraizando más profundamente en la clase obrera,  principalmente en el proletariado industrial, extendiendo en él, la organización celular de los comunistas, en las principales ramas de la producción, en los centros y suburbios industriales de las principales ciudades, en las zonas mineras y petroleras; en los ingenios y zonas bananeras, palmeras, cocaleras, cafeteras…
Extender y profundizar la influencia organizada en las clases revolucionarias, retomando contacto especialmente con los campesinos decepcionados por las FARC; en los desplazados, mujeres, indígenas, juventud, estudiantes e intelectuales.
Resolver pronto la discusión sobre la necesidad de dar un salto en la prensa como andamio de la construcción del Partido y herramienta principal de todo el trabajo de la Unión, en el cómo atender la dirección no solo del sector avanzado del proletariado, sino también de los sectores intermedios obreros y de las masas en general. Es la discusión de un problema vivo surgido de la práctica revolucionaria con la prensa; no una discusión de los intelectuales en las nubes.
Consolidar los Comités de Dirección de la organización como comités de jefes intelectuales políticos, al frente de todas las manifestaciones y problemas de la lucha de clases en su territorio.
Asimilar en los cuadros y en la base la línea política y el acumulado de la experiencia, en el curso mismo de dirigir la lucha del proletariado y de las masas en sus diversos terrenos.
Quebrar las vacilaciones de la militancia frente a avanzar hacia el Congreso, imperiosa necesidad del gran proceso de construcción del Partido en Colombia.
Consolidar la victoria del Programa Socialista y de la Táctica Revolucionaria sobre los programas democráticos pequeñoburgueses y la táctica reformista.
Luchar por la unidad de los marxistas leninistas maoístas tanto del país, como en el Movimiento Comunista Internacional, tomando con firmeza el eslabón clave de esa gran tarea: presentar una propuesta de Línea General para la unidad del MCI, profundizando la discusión en la amplitud de todas las cuestiones de tal línea, para avanzar hasta el trazo de un deslinde claro y exacto entre el marxismo y el oportunismo en ideología, política y organización.

¡AVANZAR EN LA PREPARACIÓN DEL CONGRESO DEL PARTIDO!
¡AVANZAR EN LA PREPARACIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LA HUELGA POLÍTICA DE MASAS!
¡AVANZAR EN LA FORMULACIÓN DE UNA LÍNEA GENERAL PARA LA UNIDAD DEL MCI!

IV Reunión Plenaria del Comité de Dirección
IX Asamblea de la Unión Obrera Comunista (MLM)
Colombia, Febrero 2013


RESOLUCIÓN SOBRE EL INFORME POLÍTICO:
  1. El Comité de Dirección en su VI Reunión Plenaria, al examinar los fenómenos generales de la situación actual nacional e internacional,  ve que se inscriben en las tendencias generales reconocidas en la Táctica de la IX Asamblea.
  2. Reafirma la correcta orientación revolucionaria general de la IX Asamblea, y las orientaciones particulares de la anterior Reunión Plenaria, puesto que se corresponden a las necesidades del movimiento.
  3. Tanto el análisis como la orientación general de la Táctica actual, permiten ver en los cambios más particulares acontecidos en los últimos meses, la concreción viva de las previsiones hechas por la Asamblea y anteriores Plenarias, y como tal no implican un cambio de Táctica, pero sí, llevar a cabo algunos ajustes en la actuación política inmediata, como se orienta en el Informe.
  4. Ante el hecho de que una gran debilidad en la actuación política de la organización, estriba en la escasa asimilación y manejo de la línea política táctica por parte de los cuadros y militantes, se hace necesario llamar a todos los Comités de Dirección, a la Prensa y las Escuelas, a trabajar especialmente con el arsenal de orientaciones y síntesis acumulados desde la IX Asamblea, haciendo que ellos sean en realidad una guía para la acción de nuestros cuadros, militantes y obreros revolucionarios.
  5. La ineludible necesidad actual de la Unión de vincularse a las masas, debe ser en el propósito inmediato de dirigir sus luchas políticas y económicas, sirviendo a la necesidad estratégica de ganar a la clase obrera y echar en ella raíces profundas para darle firme base social al triunfo de la Insurrección y Revolución Socialista.
  6. Aprobar y acoger el Informe Político del Comité Ejecutivo, con las modificaciones aprobadas por la Plenaria, para darlo a conocer a la Organización en calidad de Informe Político del Comité de Dirección.

IV Reunión Plenaria del Comité de Dirección
IX Asamblea de la Unión Obrera Comunista (MLM)
Colombia, Febrero 2013

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