LA CRISIS ECONÓMICA REVELA LA AVANZADA DESCOMPOSICIÓN
DEL CAPITALISMO MUNDIAL
Especialmente
poderosa y profunda en los países imperialistas, la crisis económica, con
epicentro hoy en Europa, muestra al cabo de cinco años que no es una crisis
exclusiva de los países más industrializados, sino de todos los países,
intermitente y desigual. Los anuncios de la burguesía imperialista sobre la
recuperación económica, han sido de efímera duración, puesto que falsean la realidad,
percibiendo una aparente recuperación argumentada no en la base económica de la
producción social, sino en aspectos aislados y artificiales del capital
financiero, como es el caso de su rédito en las explotaciones mineras en países
suramericanos y africanos. La recuperación real de la economía de algunos
países imperialistas como Estados Unidos y Alemania, se circunscribe a cortos
períodos dentro de la misma crisis.
Es una crisis de
superproducción relativa de todo el sistema capitalista mundial, con profundas
causas económicas en la anarquía de la producción y en el antagonismo de la
contradicción fundamental, que exterioriza en la superficie de la sociedad la
caducidad de este sistema mundial basado en la explotación asalariada, su
incompatibilidad con el progreso social y el uso de la naturaleza.
La
crisis económica al revelar el avanzado estado de descomposición del
capitalismo mundial, está revelando la necesidad inevitable y urgente de la
transición revolucionaria a una nueva sociedad socialista mundial.
No es
suficiente la indignación contra el capitalismo; es absurdo pretender acabar
las crisis sin acabar con el imperialismo, fase agónica del sistema
capitalista. ¡El capitalismo agoniza!,
¡no basta resistir!, ¡el mundo necesita la revolución!, es la orientación
revolucionaria de los comunistas para el proletariado y las masas trabajadoras
cansadas de sufrir bajo este sistema mundial de opresión y explotación.
LAS CONTRADICCIONES MUNDIALES
Y LA REVOLUCIÓN
Por sí misma, la
crisis económica ha profundizado la crisis social propia del capitalismo. Las
medidas imperialistas contra la crisis, además de inocuas por ser impotentes
ante sus causas de fondo — la anarquía de la producción y la contradicción antagónica
entre una producción cada vez más social y una apropiación cada vez más privada
— por el contrario, al ser medidas de salvamento para los dueños de la
propiedad privada, agravan más la contradicción fundamental, y con ella, hacen
más explosiva la crisis social ya no solo en los países oprimidos sino también
en los propios países imperialistas.
La frenética
monopolización de las empresas quebradas, tierras, aguas y minas, la
estrangulación financiera de los países oprimidos, el descenso en la producción
industrial, el desaforado crecimiento del ejército industrial de reserva en
todos los países, de las hambrunas y pandemias, son las características de la
presente crisis, en las cuales descuella la infernal
superexplotación del proletariado mundial bajo formas y métodos tan brutales
como los que acompañaron el surgimiento del capitalismo.
La agudización de las
contradicciones mundiales del imperialismo ha llevado al estallido de esta
crisis económica del capitalismo mundial, crisis que a su vez actúa sobre las
contradicciones que la causan, amplificando su agudización. Tal es el embrollo
al que ha sido conducida la sociedad por el imperialismo, por el capitalismo
agonizante, decadente y descompuesto.
En medio de la
tragedia social, la propia crisis muestra la perspectiva para el avance de la
sociedad. Los hechos de la presente crisis dan cuenta, como nunca antes, de la
extensión y profundidad de la contradicción mundial entre el proletariado y la
burguesía; reafirman su carácter de contradicción principal en el mundo actual.
Por fin, la contradicción económica fundamental del capitalismo, se manifiesta en
el terreno social, directamente en sus clases antagónicas, de cuya lucha pende
la existencia del sistema en su conjunto y el tránsito hacia el progreso
general de sociedad, hacia la supresión de la explotación del hombre por el
hombre.
No por casualidad las
actuales teorías revisionistas, falsificadoras del Marxismo Leninismo Maoísmo,
pretenden negar el papel histórico del proletariado mundial y su existencia
como clase social. Su anhelo de descabezar la Revolución Proletaria Mundial, evidencia que el
oportunismo sirve objetivamente a la reacción y al imperialismo, es el
destacamento político de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Por su
parte, la confusión de los marxistas leninistas maoístas, en cuanto a desconocer,
subestimar o ignorar el peso mundial actual de la contradicción entre el
proletariado y la burguesía, conlleva a la impotencia política de la
revolución, incluida la guerra como continuación de la política por otros
medios.
La crisis ha atizado
la contradicción mundial entre los países imperialistas y los países oprimidos,
donde mantener el parasitismo imperialista hace más pesado el yugo del dominio
político y económico semicolonial, entreverado con reaccionarias guerras de
agresión colonial contra países de Asía y África, donde las justas rebeliones
del pueblo contra regímenes reaccionarios, a falta de una dirección
revolucionaria, son ahogadas en sangre y usurpadas por el capital financiero y
la máquina de guerra imperialista.
La clásica postura
oportunista de negar las contradicciones interimperialistas, encontró en la
pasajera hegemonía del imperialismo norteamericano, una condición material para
confesar su claudicación ante el imperialismo. Tal teoría oportunista, ha
recibido un rotundo mentís en la presente crisis económica del capitalismo
mundial, que ha dejado a la vista cómo pululan y se agravan las contradicciones
entre los grandes grupos monopolistas, y entre los países imperialistas, creciendo
el frenesí de su competencia económica, destrozando los velos diplomáticos de
la preparación militar para la guerra en el interés privado de la burguesía
imperialista de sacrificar nuevamente a la sociedad quemando medios de
producción e inmolando soldados obreros y campesinos. Los embates de los países
imperialistas en la exportación del capital financiero y en las guerras de
agresión a pequeños países, sirven para tantear a sus contrincantes y para proyectar
alineamientos entre países o bloques imperialistas, en su incesante lucha por posiciones
y territorios estratégicos, por las fuentes de las materias primas, por la
fuerza de trabajo barata.
Los poros de la
sociedad transpiran rebelión de los explotados y oprimidos en infinidad de
formas, algunas de abierto carácter de clase y con organización de las masas
armadas dirigidas por los comunistas; otras como sordo y masivo rechazo a la
brutalidad capitalista, a las imposiciones bancarias, a las invasiones armadas,
a la destrucción de la naturaleza… expresiones objetivas, espontáneas, de una
necesidad inconsciente en general para las masas: el capitalismo imperialista en crisis embrolla a la sociedad que
necesita avanzar al socialismo. Es necesario eliminar al parásito. Donde
los comunistas han llevado la conciencia de esta necesidad a las masas, han
encontrado su apoyo para organizar y dirigir la revolución.
Apelar a las masas,
principalmente a las del proletariado, es
hoy la orientación política revolucionaria para la actuación de los comunistas
en su trabajo político de elevar la conciencia, movilizar, organizar y dirigir
a las masas, para enfrentar la crisis social y transformarla en crisis
revolucionaria, para impedir la destrucción de la naturaleza, para detener con
la revolución una tercera guerra mundial, o transformarla en guerra civil
revolucionaria, en guerra popular contra todo el poder del capital.
EL MOVIMIENTO COMUNISTA
INTERNACIONAL
Las luchas del
proletariado mundial, de los pobres del campo, de los hombres y mujeres que
viven de su trabajo, de los arruinados por los monopolios, de los desterrados
por el capitalismo, de los oprimidos y perseguidos a causa de su raza,
nacionalidad, sexo, ideas políticas y religiosas, de los enemigos de las
tiranías y las guerras de rapiña, de los pisoteados en los países, naciones y
territorios usurpados por los imperialistas, de los defensores de la libertad y
la naturaleza… constituyen la poderosa fuerza objetiva suministrada por las
contradicciones del imperialismo a la causa de la Revolución Proletaria
Mundial. Fuerza que para derrocar al capitalismo, necesita la luz de las ideas
del socialismo y la dirección del proletariado a través de su Partido político
mundial, la
Internacional, y sus respectivas secciones o Partidos en cada
país.
La debilidad de la Revolución Proletaria
Mundial se concentra en el Movimiento Comunista Internacional - MCI que
atraviesa un período de gran confusión y gran dispersión, a causa del
revisionismo seudo MLM, emergido en el Movimiento Revolucionario
Internacionalista - MRI, donde fracturó su papel de centro ideológico y
político marxista leninista maoísta, lo sumió en la bancarrota, condujo a la
traición prachandista de la
Revolución en Nepal y al degenero del Partido Comunista de
Nepal (Maoísta) - PCN(M), se entronizó como línea revisionista oficial del Partido
Comunista Revolucionario, Estados Unidos - PCR,EU declarando insuficiente la
teoría del Marxismo Leninismo Maoísmo para resolver los problemas actuales de
la revolución, caduco el papel histórico del proletariado, cuestionada su
experiencia revolucionaria en el siglo XX y su método de pensamiento.
El peligro principal
para la unidad del Movimiento Comunista Internacional es el revisionismo, formulado
en lo ideológico en la llamada “nueva síntesis” de Avakian asumida por el
PCR,EU; en lo político en el programa prachandista de “transición pacífica” que
llevó al desarme y traición de la revolución en Nepal, y que tras el
desprestigio y degenero del Partido Comunista de Nepal Unificado (Maoísta) –
Partido Comunista de Nepal (Maoísta) - PCNU(M), ahora tomó la forma del
programa “insurreccional” del “nuevo” PCN(M) dirigido por Kiran, respaldado por
partidos centristas provenientes del MRI, que inicialmente ya habían sido conciliadores
directamente con el prachandismo.
Resolver hoy el
problema de la unidad del MCI, es resolver el problema de cómo retomar la tarea
de construir una nueva Internacional Comunista, tarea de suma urgencia y
prioritaria importancia en la situación actual de profunda crisis económica del
capitalismo mundial y de mayor agudización de las contradicciones mundiales del
imperialismo.
No se trata de una
nueva Conferencia Internacional y una nueva Organización internacional
reagrupada sobre la base de un balance superficial del fracaso del MRI, como se
colige de la Resolución
de partidos maoístas
hecha pública el Primero de Mayo de 2012, quienes reconocen el hecho del
revisionismo en el MRI y su colapso, pero eluden la relación profunda, esencial,
entre el predominio de una línea revisionista y la bancarrota del MRI. No
rompen con el fondo ideológico y político de la línea revisionista que
prevaleció en el MRI no solo por ser la línea oficial de algunos de sus
partidos, sino por la tolerancia general con las tendencias oportunistas de
derecha y de “izquierda” que permitió silenciosa la degeneración del
movimiento. Resaltar algunas consecuencias como el “hegemonismo” del PCR,EU en
el antiguo Comité, o la “traición” prachandista — no la del Acuerdo de Paz del
2006 — sino su posterior perversión parlamentaria y abierta sumisión al
imperialismo y la burguesía, no cambia el carácter CENTRISTA de la propuesta,
que tiende a mantener la tolerancia con el oportunismo, a ser más una
sumatoria organizativa de fuerzas que se llaman a sí mismas marxistas
leninistas maoístas, donde
la posición centrista a medio camino en su crítica al revisionismo, deja
abierto el campo a los herederos del prachandismo, a quienes da abierto y
activo respaldo como “nuevo” PCN(M) de Kiran, que con gritos antiprachandistas,
en su llamado 7º Congreso reafirmó el camino de la “transición pacífica”,
esencia revisionista del prachandismo, reclamando más democracia a la burguesía
“amenazándola” con “tomar nuevamente las armas”.
Al centrismo tolerante con el daño causado
por el revisionismo en el MRI, también conducen las posiciones de algunas
organizaciones que declarándose defensoras del Partido Comunista del Perú – PCP
y del “Pensamiento Gonzalo”, atacan a los partidos y organizaciones marxistas
leninistas maoístas que públicamente y de conjunto, han declarado su lucha
irreconciliable con el revisionismo y el centrismo, sin cuya derrota la unidad
del MCI será artificial, endeble y pasajera. Tales posiciones desde la
“izquierda” proclaman el deseo voluntarista y conciliador de resucitar al MRI,
llegando a exabrupto de endilgar propósitos liquidadores precisamente a los
marxistas leninistas maoístas que han denunciado al revisionismo y al centrismo
conciliador, reales liquidadores del MRI. Son “izquierdistas” que en esencia se
deslizan al pantano centrista conciliador con el revisionismo y en los hechos contribuyen
a desviar la atención del peligro principal. Pero erigir a tales posiciones “izquierdistas”
en blanco y peligro principal, sería caer en la trampa de desviar la atención
del peligro principal, confundir a las fuerzas revolucionarias, mellar el filo
de la lucha contra el revisionismo.
En el actual período
de gran confusión y gran dispersión del Movimiento Comunista Internacional, son
varios los partidos y organizaciones que en defensa del marxismo leninismo
maoísmo, se han opuesto y denunciado al revisionismo y al centrismo.
Entre
ellos, partidos y organizaciones de diversos países, han expresado una correcta
orientación revolucionaria insistiendo en que ¡La unidad internacional de los comunistas exige la derrota del
revisionismo y del centrismo! Un llamado hecho público y proclamado de
conjunto, no por casualidad, sino por la identidad general con una base de
unidad caracterizada por reconocer los méritos históricos del MRI y aceptar su
derrota a manos del revisionismo; por el compromiso de luchar por la unidad de
los marxistas leninistas maoístas en el MCI a condición del deslinde profundo
con el revisionismo y el centrismo conciliador; por la defensa de los
principios fundamentales del Marxismo Leninismo Maoísmo sobre la lucha de
clases, el Estado, la revolución, el papel histórico de las masas, la vía de la
violencia revolucionaria de las masas armadas para derrocar el viejo Estado, la
necesidad histórica de la
Dictadura del Proletariado incluidos los países semifeudales
y semicoloniales bajo la forma del Estado de Nueva Democracia, la necesidad de
continuar la revolución bajo la
Dictadura del Proletariado, el imperialismo como fase
superior, última del capitalismo y antesala del socialismo, la caducidad de la
revolución democrático burguesa de viejo tipo, la vigencia de la Revolución Proletaria
Mundial y el papel de vanguardia del proletariado en ella, la necesidad del
Partido como destacamento político y forma superior de organización del
proletariado, la inevitabilidad de las crisis en el capitalismo, el peligro de
guerra mundial, el papel revolucionario de las guerras y las crisis como ocurre
con la presente.
Como es natural en la
gran confusión y gran dispersión del Movimiento Comunista Internacional, estos
partidos y organizaciones aunque hacen parte de la misma tendencia marxista
leninista maoísta, tienen divergencias importantes en ideología y en política,
susceptibles de ser discutidas en el momento actual, como contradicciones en el
seno del pueblo, como asuntos divergentes dentro de una misma tendencia.
Las divergencias en
el terreno ideológico implican cuestiones de la concepción materialista
dialéctica del mundo y su movimiento, de las formas de lucha y de organización,
de la aplicación creadora de la ciencia a los problemas de la revolución en
cada país, de la teoría leninista sobre la relación entre masas, clases,
partidos y jefes… En el terreno político, sus divergencias se manifiestan en el
reconocimiento materialista de la contradicción principal en el mundo, la caracterización
del capitalismo en los países oprimidos, el carácter de la sociedad y la
revolución en los países oprimidos capitalistas, la relación entre la guerra
popular y la insurrección, la particularidad de la guerra popular en los países
oprimidos y en los países imperialistas, en cuestiones de la experiencia
histórica de la
Internacional Comunista…
Es el momento de profundizar
la discusión en el MCI para avanzar a un deslinde general entre el marxismo
leninismo maoísmo y el oportunismo, principalmente el revisionismo seudo MLM;
un deslinde en todas las cuestiones de una Línea General que trace fronteras
claras en lo ideológico, político y organizativo. Se hace necesaria una
Propuesta de Línea General a la discusión de los comunistas, que sirva de
hilo conductor tanto para delimitar campos y profundizar la lucha teórica
contra todas las falsedades revisionistas y centristas difundidas a nombre del
Marxismo Leninismo Maoísmo en este período de gran confusión, como para
resolver las divergencias entre los marxistas leninistas maoístas, separar las
discusiones sobre asuntos de principios de otras pequeñas y grandes diferencias
inevitables en esta larga crisis del Movimiento Comunista Internacional,
reafirmar sus identidades, fortalecer su posición en el Movimiento Comunista
Internacional, estrechar relaciones entre sus organizaciones, guiar la
necesidad de reuniones bilaterales y multilaterales, y la publicación de un
órgano teórico internacional.
Por lo demás, la crisis económica del
capitalismo mundial ha creado magníficas condiciones objetivas para que los
comunistas puedan:
• Librar la lucha contra el oportunismo al calor de la
lucha de clases, denunciando su apoyo de hecho al imperialismo,
educando al proletariado en ese trascendental problema de la revolución,
elevando su conciencia de clase y de las masas sobre la avanzada descomposición
del capitalismo y la necesidad de vencer al oportunismo para poder derrotar al
imperialismo con la revolución.
• Agrupar la
tendencia más proletaria del movimiento, intransigente con el revisionismo y el
centrismo, firme en aceptar que el imperialismo es la fase final del
capitalismo, después de la cual no sigue ultraimperialismo ni rejuvenecimiento
ni recomposición de un sistema ya muerto para el progreso de la sociedad; un
sistema descompuesto, donde no basta llamar a resistir como si fuera un sistema
imbatible, sino que es necesario avanzar en la Revolución Proletaria
Mundial para derrotarlo con la violencia revolucionaria, con el pueblo armado,
con la guerra popular; donde es imprescindible reconocer en el proletariado la
única clase consecuentemente revolucionaria de la época y trabajar en ella
políticamente en miras a construir su Partido, para dirigir toda
su lucha de clase; ubicar
su peso en las contradicciones mundiales; aceptar que la dirección del
movimiento está determinada hacia el nuevo Estado de la Dictadura del
Proletariado.
• Favorecer la
actuación política conjunta de los comunistas, en el ejercicio del internacionalismo con su lucha
mundial y la de los pueblos del mundo en la perspectiva del socialismo y el
comunismo, contra el sistema capitalista, contra las causas de su crisis
económica no sólo contra las consecuencias, contra una nueva
guerra mundial imperialista, contra el viejo Estado reaccionario de la
burguesía, los terratenientes y el imperialismo.
• Preparar una
verdadera Conferencia Internacional de los marxistas leninistas maoístas, cuya unidad se fundamente en
la derrota del revisionismo y el centrismo, pues sólo así puede ser un paso
firme para marchar hacia una nueva Internacional Comunista basada en el
Marxismo Leninismo Maoísmo.
COLOMBIA NO ESCAPA A LA CRISIS ECONÓMICA
DEL CAPITALISMO
El embate en Colombia en el año 2012 de la
crisis económica del capitalismo mundial, dejó a la vista que la recuperación
económica tan mentada por los medios burgueses en años anteriores, era en
realidad leve y muy aparente.
Los extraordinarios negocios de la burguesía,
los terratenientes y los imperialistas en estos tiempos, con la coca, el
petróleo, la minería, también han sido estremecidos por la crisis. En medio del
frenesí del capital financiero y los grandes grupos monopolistas que acaparan
despojos de la crisis, Interbolsa explota cual burbuja de especulación
financiera. Bajo el manto semicolonial y lacayo de “favorecer la inversión
extranjera”, a los grupos monopolistas de los países imperialistas, el Estado
les renueva sus concesiones centenarias mineras y petroleras, y les otorga
posesión de las aguas, páramos y parques naturales. Las querellas de los politiqueros
oportunistas, las denuncias de ecólogos y algunos periodistas, son todas, flor
de un día, ante el poder corruptor del capital en el gobierno y los
funcionarios estatales vigilantes del medio ambiente. Sólo las masas
trabajadoras mantienen su voz y movilización en alto.
La clase obrera en particular y las masas
trabajadoras en general, no escapan a las devastadoras consecuencias de la
crisis mundial. Los capitalistas al amparo de la “Prosperidad para todos” incrementan
la superexplotación del proletariado. Pregonan el derecho al sindicalismo, pero
en los hechos persiguen, destruyen, desconocen, impiden y socaban las
organizaciones sindicales de los obreros. El gobierno criminaliza todo intento
de resistencia y rebelión.
Prototipo de tal realidad es hoy uno de los
sectores de punta del capitalismo en Colombia: los campos petroleros de los
Llanos Orientales convertidos en verdaderos campos de concentración vigilados
por paramilitares. Sólo en Campo Rubiales, donde quienes producen la plusvalía
fluctúan entre 12.000 y 15.000 obreros llegados de todas partes del país
huyendo de la falta de trabajo en esa rama debido a la crisis, terminan el año
2012 con frentes de obra congelados, despidos masivos que en los últimos meses han
reducido en un 40% el personal contratado, salarios inferiores en promedio al
$1’800.000 lo que equivale a un precio miserable de esta fuerza de trabajo
calificada que se explota en condiciones insalubres, que por tener sus familias
en la lejanía es además presa de asaltantes cebados en las carreteras, todo lo
cual obliga a los obreros petroleros a trasladar su prole a fundar poblados de
cambuches apestosos, sin agua, luz ni alcantarillado.
La superexplotación en Campo Rubiales no
tiene límites; intentan aumentar media hora la jornada laboral. El terrorismo
de Estado tampoco da tregua asesinando jefes sindicalistas y jefes naturales de
las masas indígenas cuyas aguas y territorios son usurpados por los campos
petroleros e infestados por los desechos de la producción.
Las explotaciones de petróleo en los Llanos,
botín de mafiosos e imperialistas en el régimen de Uribe, son hoy campo de
disputa con la burguesía gobernante que apela a la presión con los permisos
ambientales para entrar en el negocio. Y son parte del acuerdo que hizo posible
los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC: Convertir los llanos orientales en una gran zona de desarrollo
agropecuario empresarial, aceptando la inversión extranjera pero que fuera
“democrática”, en el sentido de que no estuvieran solos los gringos.
El capitalismo se abre paso a sangre y fuego
en medio país, otrora destinado al ganado, la pesca, el cultivo de arroz y
plátano, cuando no cubierto de selvas. Deja a su paso miseria, desolación y
muerte en la población; pero grandes riquezas en manos de los grupos
monopolistas. Y con ello, nuevos y numerosos contingentes de obreros con odio y
descontento acumulados, en contacto estrecho con comunidades campesinas,
indígenas y comerciantes, víctimas de la “civilización” del petróleo, el coltán
y la coca. Todos prestos a la luz de la conciencia y las ideillas de
organización que deben llevarles los comunistas.
Como en el mundo, en Colombia también la
crisis económica ha empeorado la crisis social, agravando más los antagonismos
de clase.
La orientación revolucionaria
de los comunistas ante esta situación de crisis del capitalismo en Colombia, es
opuesta diametralmente a los emplastos reformistas para sobrellevarla, sin
comprometer el poder de la burguesía, ni la explotación capitalista, sino
apenas los “abusos” de los monopolios en los recortes sociales. Ni siquiera
puede quedarse en la mera lucha de resistencia contra las consecuencias de la
crisis. Son éstas las mejores condiciones para estrechar vínculos con el
movimiento obrero, ahondar raíces de todo tipo en el proletariado, construir el
Partido en las fábricas, avanzando lo más posible durante este período de
crisis en los “ensayos revolucionarios” de la lucha política que suprimirá
definitivamente la causa de la crisis: el régimen económico social basado en la
explotación asalariada.
EL GOBIERNO DE SANTOS: FERREA
DICTADURA DE LOS CAPITALISTAS
El Gobierno de Santos, que por su forma
comenzó siendo un acuerdo temporal de las clases dominantes para desmontar el
poder de los capitalistas mafiosos en el Estado, ha dejado de ser un gobierno
de transición, pasando a ser ya el Gobierno de un régimen democrático burgués, la
mejor envoltura para encubrir la esencia del Estado: dictadura de clase de la
burguesía, los terratenientes y el imperialismo.
Por su contenido, el
Gobierno de Santos no solo continúa siendo un acuerdo de los capitalistas para
ejercer su dictadura sobre el pueblo, sino que es un Gobierno que ha
intensificado la explotación y la opresión de las masas trabadoras en general.
De ahí, que el Gobierno democrático burgués
de Santos mientras parlamenta sobre los DDHH y los crímenes paramilitares del
régimen de Uribe, con el silencio cómplice de sus medios de comunicación
continúa el asesinato selectivo de dirigentes sindicales, desplazados y
populares. Sigue masacrando a los pobres en el campo y las comunas, multiplicando
la desaparición forzada. Abarrota cárceles y comisarías con judicializados por
el delito de pensar y protestar; oprime espantosamente a las mujeres y las
minorías. Cierra revistas, despide y asesina periodistas por atreverse a contar
los hechos. Impone el Fuero Militar para garantizar el terror oficial de las
fuerzas represivas del Estado y dota a las fuerzas militares y policiales de
sofisticadas armas imperialistas, venenosas, eléctricas y ultrasónicas,
destinadas a la represión del movimiento de masas, oficializando la brutalidad
policial para reprimir violentamente toda protesta social.
Bajo el rótulo de la “Prosperidad para todos”
el gobierno de Santos protege a sangre y fuego los intereses de los
explotadores colombianos y los beneficios de los imperialistas. Rebaja el
salario a los obreros y multiplica las ya millonarias mesadas de los parásitos
funcionarios estatales. Su demagogia con la “vivienda gratis” es en realidad un
anticipo de campaña electoral, contrario a la realidad de los damnificados por
el invierno y de los pobladores de Gramalote destechados por un terremoto, a
quienes se les incumplieron todas las promesas de vivienda; demagogia al
servicio de la libertad de estafar al pueblo por cuenta de las mafias de
urbanizadores piratas, y de la tolerancia con el desplazamiento forzado en las
ciudades; demagogia para distraer la imposición al pueblo de una nueva carga
tributaria en la reforma que aumentó los impuestos a los pobres con alzas
exorbitantes en el impuesto predial, cobros millonarios de valorización, reestratificación,
mientras que como siempre ocurre, rebajó y condonó los impuestos a los más
ricos y a las grandes empresas imperialistas. Ante el repudio general del pueblo
contra la Ley 100
que transformó la salud pública en un negocio privado, prepara una nueva
reforma a la salud para disuadir la lucha directa del pueblo, con la
distracción de sacar a las EPS del negocio, cuando en realidad en un embeleco
con otro nombre para mantener el gran negocio capitalista de la privatización
de la salud.
Con la “Ley de Víctimas y Restitución de
Tierras” el Gobierno de Santos finge devolver la tierra a los campesinos
despojados, pero en los hechos ha empeorado la situación de los desplazados,
pues les ha ido suprimiendo las limosnas estatales bajo la promesa de una
indemnización que incluye los subsidios ya recibido y a condición de que
renuncien a toda lucha por reclamar sus derechos. Las amenazas del Ministro de
Agricultura y la lucha notarial contra los testaferros, son parte de un pulso
con la mafia, no para devolver la tierra a los desplazados, ni para hacer la
restitución por vía administrativa, sino para dejarla a disposición de la
“inversión” imperialista y la agricultura empresarial capitalista.
La propaganda estatal en “defensa del
sindicalismo” es una gran mentira que sirve de cortina de humo tras la cual el
Gobierno de Santos respalda con el poder de las armas a todos los patrones
capitalistas, en el régimen carcelario de las fábricas y el infernal aumento de
la intensidad del trabajo, en la destrucción de nuevos sindicatos acudiendo a
la amenaza, asesinato y desaparición de sindicalistas, en la incesante
persecución sindical y despidos masivos por la sola causa de atreverse a
organizar un sindicato, en el desconocimiento generalizado de pliegos y
convenciones, en la rebaja general del salario mínimo orquestada con las
camarillas dirigentes de las centrales, en la imposición de nuevas formas de
“cooperativas de trabajo asociado”, cuando no de sindicatos de bolsillo avalados
por la centrales, como fue el caso en Campo Rubiales con la Unión de Trabajadores de la Industria Energética
Nacional - UTEN de la
Confederación General del Trabajo - CGT.
Todos los obreros deben
saber que para los capitalistas y sus
representantes políticos, la fuerza de trabajo de los proletarios, sólo les
interesa en calidad de mercancía especial que al explotarla incrementa el
capital; más allá de eso, todos sus discursos son simples prédicas hipócritas
para hermosear el gran negocio de la
explotación asalariada.
La bandera de la paz del Gobierno de Santos,
encubre bajo sus pliegues la continuación de la guerra contra el pueblo, pues
la renta extraordinaria de la tierra seguirá conduciendo a la guerra de los
sectores que se la disputan. Todo el
capital que acuda a invertir en la coca, la palma, la minería o el petróleo, le
toca armarse.
La dictadura de los capitalistas que el
reaccionario Gobierno de Santos ejerce con palabras de democracia, ha acelerado
al agravamiento de la crisis social causado por la crisis económica del
capitalismo mundial.
También en Colombia, la
crisis económica ha agudizado todas las contradicciones de clase en la
sociedad. De ellas la más importante, por ser la principal, es la contradicción
entre el proletariado y la burguesía, que como tal debe ser considerada base
social objetiva no solo del programa estratégico de la Revolución Socialista,
sino de todo plan de lucha inmediata.
La crisis ha atizado así mismo las
contradicciones interburguesas, entre la burguesía financiera y los demás
sectores burgueses, entre sectores de la burguesía agraria y exportadores con
el mismo Gobierno por causa de los TLC y la tasa de cambio afectada por “lavado” oficial de dólares. Además, el cese del
poder predominante de la mafia en el Estado, no significa que haya sido barrido
completamente su poder político, pues mantiene representantes políticos no
necesariamente mafiosos, aunque sí uribistas, en el Congreso, en las
Gobernaciones y Alcaldías, en los viejos y el nuevo partido Centro Democrático,
en la Vicepresidencia
y la Procuraduría…
Y aún más en el poder económico de todos los negocios non sanctus de la burguesía, en el tránsito del capital mafioso
hacia los bancos legalizado en compra diaria de dólares por el Banco de la República y en la
recepción directa de sus capitales del extranjero sin tope ni permisos oficiales,
y hacia los grandes grupos monopolistas que ya no solo compran frentes de
guerra o equipos de fútbol sino industrias; ya no solo tienen rutas
internacionales de sicotrópicos, sino de exportación de capital diversificado
aceleradamente en esta crisis, hacia otros países e incluso otros continentes. Prosigue
más abierta y enconada la contradicción interburguesa con los capitalistas
mafiosos.
Tales contradicciones en el
seno de los enemigos del pueblo, los dividen y debilitan, constituyendo una
reserva indirecta muy favorable ahora a las luchas del proletariado y del
pueblo en general.
La consigna revolucionaria
sigue siendo ¡Contra el Gobierno de Santos y por la Revolución Socialista!
¡Avanzar en la preparación y organización de la Huelga Política de
Masas!
EL MOVIMIENTO DE MASAS
PERSISTE Y AVANZA EN SU LUCHA DIRECTA
Aguijoneadas por la crisis, la
superexplotación y la brutal dictadura de los capitalistas, las masas pobres de
la ciudad y el campo persisten firmes y avanzan en el camino de la lucha
callejera y directa, contra los patronos y sus representantes en el Estado,
contra las compañías imperialistas y los expropiadores de las tierras, contra
sus protectores y compinches en el Estado, contra las calamidades por causas
naturales agravadas siempre por la desidia, la corrupción y la politiquería de
los gobernantes.
El agravamiento de la
crisis social por cuenta de la crisis económica y la dictadura de clase de los
capitalistas ejercida en el Gobierno de Santos, significa mayor odio entre
oprimidos y opresores, entre explotados y explotadores, más choques entre las
clases sociales, más y frecuentes paros y huelgas políticas algunas ya con
carácter regional, más combustible para generalizar una gran Huelga Política de
Masas que abarque todo el país.
Concomitante con el rechazo del pueblo al
camino politiquero para resolver sus problemas, la huelga se ha ido
aprestigiando como poderosa arma de lucha de los explotados. Hasta los propios
funcionarios judiciales del Estado hicieron uso efectivo de ella. Igual hacen
los obreros temporales, activos participantes de las huelgas obreras que
tienden a generalizarse en las grandes empresas imperialistas de explotación
minera y petrolera.
De prosperar esta tendencia, las huelgas
políticas que las masas llevan a cabo, encontrarían un apoyo excelente entre el
proletariado, lo cual no solo las hace más poderosas, sino que favorece la
dirección revolucionaria en la perspectiva de la Revolución Socialista.
Por ser una tendencia
objetiva de la lucha de clases en Colombia, las diversas formas de la lucha
revolucionaria de las masas se entrecruzan, tienden a juntarse y reforzarse,
pero todavía como un proceso espontáneo, que urge la acción de los comunistas y
revolucionarios, quienes asimilando las enseñanzas de la experiencia anterior,
cultiven en las masas la confianza en su propia lucha, eleven su conciencia
sobre la necesidad de unir en una sola lucha, una sola plataforma y una sola
organización, sus diversas huelgas políticas y económicas, manifestaciones y
protestas, bloqueos y asonadas, en la tendencia general a confluir en una gran
Huelga Política de Masas.
La propia lucha de las masas demuestra que los
Comités de Lucha (de Huelga, de Paro, de Usuarios, de Protesta… como quieran
llamarlos) son la forma política necesaria ahora para organizar con
independencia la lucha amplia de las masas, donde las condiciones son aún más
propicias que en años anteriores para generalizarlos en el curso mismo de la
lucha, para proseguir la preparación y realización de los Encuentros de Masas
(Obrero-Populares, Obrero-Campesinos, Asambleas Obrero-Populares…. como quieran llamarlos, en preparación de
Encuentros Nacionales encaminados a definir los preparativos prácticos para
generalizar una gran Huelga Política de Masas) que resuelvan ejecutivamente las
tareas de organización y lucha de las masas trabajadoras, las expresen en un
único plan y Plataforma de Lucha recogiendo las reivindicaciones comunes que el
pueblo exige a los capitalistas y a su Estado burgués, terrateniente y
pro-imperialista.
Si los capitalistas y
el gobierno se han llenado de pavor y visto obligados a ceder y pactar compromisos, apenas
ante unos cuantos connatos de lucha directa simultánea, de los obreros corteros
de caña y los indígenas en el Valle y Cauca, de los palmeros y petroleros del
Magdalena Medio, de los estudiantes y los obreros petroleros de Rubiales, de la
comunidad y los huelguistas petroleros en Casanare… cómo se pondrán cuando el
pueblo colombiano marche bajo una misma bandera de unidad, organización y
lucha.
En las actuales condiciones
de crisis económica, de represión y demagogia del Gobierno de Santos, de balas
en celofanes de paz, se torna más poderosa la necesidad objetiva de que las
diversas formas de la lucha directa del movimiento de masas, confluyan hacia la
generalización en una gran Huelga Política de Masas, haciendo más necesario aún
el trabajo político entre los sectores más pobres y más proletarios de la
población, y cuanto más vigente la consigna revolucionaria ¡Ni el Estado, ni
los politiqueros! ¡Sólo el pueblo salva al pueblo!
El trabajo de los comunistas entre las masas no puede reducirse
a elevar la conciencia sobre la necesidad de generalizar las huelgas políticas
de masas, pues no basta conquistar las reivindicaciones de la Plataforma táctica
inmediata; esa es apenas una escuela, una forma de acumulación y organización
de fuerzas, para avanzar a la lucha
definitiva que suprima de raíz los males y sufrimientos del pueblo colombiano,
cuya causa está hoy en las relaciones de producción capitalistas, basadas en la
propiedad privada sobre los medios de producción y su corolario: la explotación
asalariada del trabajo ajeno.
LA BASE OBRERA
ABRE PASO A LA
REESTRUCTURACIÓN DEL MOVIMIENTO SINDICAL
A pesar de la palabrería de lucha y amenazas
de convocar un paro nacional — recursos utilizados por las camarillas
sindicales para camuflar su compromiso con la burguesía — el rechazo y la
indignación de la base obrera contra su redomada politiquería, va en aumento,
acelerado de una parte por su inútil papel en la dirección del movimiento
sindical ante las calamidades sufridas por los obreros en esta crisis económica
del capitalismo mundial. Pero también de otra parte, por el descarado y semidescarado
apoyo que en nombre de todos los obreros, estas camarillas se han atrevido a
brindar al Gobierno de Santos y su política antiobrera, atenidos a su
palabrería sobre los sindicatos y a que sentó en la Vicepresidencia un
reconocido traidor y vende-obrero.
A pesar de la política antisindical de hecho
en el Gobierno de Santos, ha sido en estos años donde el movimiento sindical ha
roto el estancamiento en su crecimiento cuya tasa de sindicalización en el 2005
(4.6) fue similar a la de 1947 (4.7), y ha mostrado una línea de tendencia al
crecimiento mayor en el número de sindicatos aunque de menor crecimiento en el
número de afiliados, seguramente por la política de permitir la doble
afiliación.
La política de Reestructuración del
Movimiento Sindical, expresión de la comprensión consciente de una tendencia
objetiva, y que consiste esencialmente en ganar su independencia de clase, para
que en vez de interceder por los intereses de los capitalistas, defienda los
intereses inmediatos de los obreros no a través de la concertación y los
intermediarios politiqueros, sino con la lucha directa de los obreros; para que
en vez de servir de apologista de un sistema capitalista “más humano”, sirva y
se comprometa con toda la lucha del movimiento obrero por sepultar al
capitalismo, por acabar la explotación del hombre por el hombre.
¡El movimiento
sindical debe participar en la lucha general del movimiento obrero y del pueblo
colombiano contra la burguesía, los terratenientes y el imperialismo! Esa es la
línea política de
la independencia de clase del movimiento sindical, que choca de frente con el
patronalismo de las camarillas y con la influencia oportunista en los
sindicatos, ya que el oportunismo es el vehículo más peligroso de la influencia
burguesa entre los obreros, pues significa dependencia ideológica y política de
los capitalistas y sometimiento servil al régimen de la explotación asalariada.
Los partidos oportunistas sin poder negar ni ocultar el gran daño causado al
movimiento sindical por la política de conciliación de clases, desvían la
atención hacia la cautivadora fuerza ciega de la “unidad de acción” y la
reestructuración de la CUT,
“olvidando” que llevan casi 30 años en esa pantomima.
La política de la Reestructuración
del Movimiento Sindical y su práctica, se abren paso desde abajo y por la base
obrera. La lucha por la independencia de clase, los métodos revolucionarios de
dirección y de trabajo, el aprecio por la educación, movilización y decisión de
las bases, vienen ganando simpatía y apoyo entre los obreros de base, entre los
obreros temporales, entre los obreros más superexplotados, quienes por su
cuenta y con algunas ideas de conciencia de clase, se han atrevido a tomar en
sus propias manos los destinos de su movimiento y de su lucha. Sucede tanto en
sindicatos de grandes empresas imperialistas como en empresas de regular
tamaño. En sindicatos de obreros contratados a término indefinido, y en las
organizaciones que han construido los obreros temporales. En sindicatos
afiliados a las centrales y en los que nacen independientes.
Hoy la orientación
revolucionaria de los comunistas para avanzar en la Reestructuración
del Movimiento Sindical, se concreta en: dar prioridad al trabajo en los
sindicatos nuevos y entre los obreros peor pagados; dar prioridad al trabajo en
los Sindicatos de Base, sobre el trabajo en los Sindicatos de Industria;
marchar hacia la conformación de Federaciones independientes; mantener la tarea
de la educación de la base en el centro de todo el trabajo en el Movimiento
Sindical, terreno éste último en el cual incursionan hoy Escuelas que se dicen
a sí mismas “escuelas del proletariado” pero que en realidad, bajo la etiqueta
de “sindicalismo clasista” promueven la ilusión de reestructurar la CUT, con la legendaria bandera
oportunista de la “unidad de acción” como panacea de la unidad del movimiento
sindical. Semejante educación no sirve a los obreros porque su política impide
la conciencia sobre la independencia de clase del movimiento sindical, no
permite diferenciar a los enemigos enquistados en los sindicatos, malogra el
papel de los sindicatos como escuelas del socialismo al enseñar una teoría
contaminada de ideas socialdemócratas, pluralistas, legalistas y conciliadoras
con el enemigo de clase. En el fondo, toda cortapisa a la independencia de
clase del movimiento sindical, sirve a la política conciliadora de
oportunistas, liberales y socialdemócratas, que desde la fundación de la CUT, redujo el movimiento
sindical a la impotencia.
Las condiciones del momento
son excelentes para avanzar en la Reestructuración del Movimiento Sindical en el
curso mismo de organizar y dirigir la lucha de resistencia económica de los
obreros, tanto por la situación objetiva de la aguda lucha de clases originada
en la explotación asalariada de la fuerza de trabajo, como por la iniciativa
obrera desde la base que le abre camino por doquier.
AISLAR AL OPORTUNISMO EN LA DIRECCIÓN DEL
MOVIMIENTO DE MASAS
El viraje de la burguesía en el Gobierno de
Santos, causó súbitos realineamientos en las filas del oportunismo y del
reformismo en general, agravando la disgregación y desprestigio que ya
arrastraba el oportunismo, causando fraccionamientos en el variopinto partido
Polo Democrático Alternativo y división entre sus partidos oportunistas. Fue
“expulsado” el partido comunista mamerto politiquero por ingresar a la Marcha Patriótica,
nuevo partido reformista de carácter abiertamente liberal burgués, defensor del
capitalismo y comprometido a blanquear sus lacras.
Como parte del realineamiento reformista, en
calidad de partido burgués, las FARC acuerdan con el Gobierno de Santos dialogar
sobre la forma de apoyar legalmente el desarrollo del capitalismo, esencia de
su programa reformista. De nuevo reabren sus diálogos de paz con el Gobierno
proimperialista de la burguesía y los terratenientes, en un proceso que apunta
a completar la descomposición política de las guerrillas en Colombia.
En tal escenario, y ante la insistencia de
las masas en su lucha directa haciendo caso omiso del bombo gobiernista y
reformista sobre los diálogos de paz, la Marcha Patriótica
es justo el partido popular que necesita la burguesía para influir y movilizar
las capas pobres de la población, sobre todo del campo y las zonas de guerra,
como lo hiciera en el siglo pasado el partido de Gobierno, el Partido Liberal.
Justo el partido pequeño burgués que necesita el Gobierno de Santos para darle
base social a su acuerdo con las guerrillas. Aunque se apoya en sectores del
pueblo que sufren las embestidas de los poderosos y responden con movilización,
el plan de lucha de la
Marcha Patriótica va en contravía a la tendencia objetiva de
la lucha de clases hacia una gran Huelga Política de Masas, y no puede ser más
que un plan de lucha electoral, para reelegir a Santos o para hacerle
contrapeso al uribismo representante político de los capitalistas mafiosos.
Las características de la
crisis económica, son condiciones que objetivamente refuerzan la tendencia al
desprestigio y disgregación del oportunismo, pues inclinan a sectores
acomodados de su base social — la pequeña burguesía — a dar la cara por salvar
el sistema que ven desmoronarse en medio de la crisis, mientras otros vastos
sectores son arrojados al arroyo donde se debate el proletariado. Son condiciones
favorables a la tarea de los comunistas de ¡aislar al oportunismo en la
dirección del movimiento de masas y profundizar su disgregación!, cuidando diferenciar a los sectores y elementos revolucionarios en sus filas,
entre los jefes
oportunistas, los jefes intermedios y las bases, desenmascarar a los jefes corrompidos, neutralizar las vacilaciones en
los activistas que tienden a apoyar la lucha directa de las masas, hacer una
labor paciente y
persistente de agitación, propaganda y educación entre los trabajadores
engañados por los partidos oportunistas, invitar a los inconformes a romper y
pasar a fortalecer las filas de los revolucionarios y comunistas.
Es
necesario ajustar un aspecto de la táctica, obligado por la necesidad de
acercar a las bases campesinas ilusionadas en que la guerra de las FARC era una
guerra revolucionaria, lo cual impone volver al campo como lo hicieran los
comunistas del viejo Partido, a
difundirles las ideas del proletariado revolucionario, el programa socialista,
la estrategia y la táctica revolucionarias, en la perspectiva de
reorganizar el movimiento campesino indispensable para que su alianza con el
movimiento obrero, sea la fuerza principal de la insurrección, la Revolución Socialista
y del nuevo Estado de Dictadura del Proletariado.
TAREA CENTRAL DE LOS
COMUNISTAS Y PROLETARIOS REVOLUCIONARIOS
Avanzar en la preparación del Congreso del Partido, es
hoy la forma concreta de construir el partido, tarea central de la táctica
revolucionaria. Significa en las condiciones actuales:
Afianzar la vinculación a las masas para
dirigir sus luchas en la perspectiva de la insurrección y la Revolución Socialista,
combatiendo toda manifestación de sectarismo en las relaciones de la
organización política con las masas.
Afianzar la vinculación al proletariado para
garantizar la composición de clase del Congreso y del futuro Partido, enraizando
más profundamente en la clase obrera,
principalmente en el proletariado industrial, extendiendo en él, la
organización celular de los comunistas, en las principales ramas de la producción, en los centros y suburbios
industriales de las principales ciudades, en las zonas mineras
y petroleras; en los
ingenios y zonas bananeras, palmeras, cocaleras,
cafeteras…
Extender y profundizar la
influencia organizada en las clases revolucionarias,
retomando contacto especialmente con los campesinos decepcionados por las FARC;
en los desplazados, mujeres, indígenas,
juventud, estudiantes e intelectuales.
Resolver pronto la discusión sobre la necesidad de dar
un salto en la prensa como andamio de la construcción del Partido y herramienta
principal de todo el trabajo de la
Unión, en el cómo atender la dirección no solo del
sector avanzado del proletariado, sino también de los sectores intermedios
obreros y de las masas en general. Es la discusión de un problema vivo surgido de
la práctica revolucionaria con la prensa; no una discusión de los intelectuales
en las nubes.
Consolidar los Comités de Dirección de la organización como comités de jefes
intelectuales políticos, al frente de todas las manifestaciones y problemas de
la lucha de clases en su territorio.
Asimilar en los cuadros y en la base la línea política
y el acumulado de la experiencia, en el curso mismo de dirigir la lucha del
proletariado y de las masas en sus diversos terrenos.
Quebrar las vacilaciones de la militancia frente a
avanzar hacia el Congreso, imperiosa necesidad del gran proceso de construcción del Partido en
Colombia.
Consolidar la victoria del Programa Socialista y de la Táctica Revolucionaria sobre
los programas democráticos pequeñoburgueses y la táctica reformista.
Luchar por la unidad de los
marxistas leninistas maoístas tanto del país, como
en el Movimiento Comunista Internacional, tomando con firmeza el eslabón clave
de esa gran tarea: presentar una propuesta de Línea General para la unidad del
MCI, profundizando la discusión en la amplitud de todas las cuestiones de tal
línea, para avanzar hasta el trazo de un deslinde claro y exacto entre el
marxismo y el oportunismo en ideología, política y organización.
¡AVANZAR EN LA PREPARACIÓN DEL
CONGRESO DEL PARTIDO!
¡AVANZAR EN LA PREPARACIÓN Y
ORGANIZACIÓN DE LA
HUELGA POLÍTICA DE MASAS!
¡AVANZAR EN LA FORMULACIÓN DE UNA
LÍNEA GENERAL PARA LA
UNIDAD DEL MCI!
IV Reunión Plenaria del Comité de
Dirección
IX Asamblea de la Unión Obrera
Comunista (MLM)
Colombia, Febrero 2013
RESOLUCIÓN SOBRE EL INFORME POLÍTICO:
- El Comité de Dirección en su VI Reunión Plenaria, al examinar los fenómenos generales de la situación actual nacional e internacional, ve que se inscriben en las tendencias generales reconocidas en la Táctica de la IX Asamblea.
- Reafirma la correcta orientación revolucionaria general de la IX Asamblea, y las orientaciones particulares de la anterior Reunión Plenaria, puesto que se corresponden a las necesidades del movimiento.
- Tanto el análisis como la orientación general de la Táctica actual, permiten ver en los cambios más particulares acontecidos en los últimos meses, la concreción viva de las previsiones hechas por la Asamblea y anteriores Plenarias, y como tal no implican un cambio de Táctica, pero sí, llevar a cabo algunos ajustes en la actuación política inmediata, como se orienta en el Informe.
- Ante el hecho de que una gran debilidad en la actuación política de la organización, estriba en la escasa asimilación y manejo de la línea política táctica por parte de los cuadros y militantes, se hace necesario llamar a todos los Comités de Dirección, a la Prensa y las Escuelas, a trabajar especialmente con el arsenal de orientaciones y síntesis acumulados desde la IX Asamblea, haciendo que ellos sean en realidad una guía para la acción de nuestros cuadros, militantes y obreros revolucionarios.
- La ineludible necesidad actual de la Unión de vincularse a las masas, debe ser en el propósito inmediato de dirigir sus luchas políticas y económicas, sirviendo a la necesidad estratégica de ganar a la clase obrera y echar en ella raíces profundas para darle firme base social al triunfo de la Insurrección y Revolución Socialista.
- Aprobar y acoger el Informe Político del Comité Ejecutivo, con las modificaciones aprobadas por la Plenaria, para darlo a conocer a la Organización en calidad de Informe Político del Comité de Dirección.
IV Reunión Plenaria del Comité de Dirección
IX Asamblea de la Unión Obrera Comunista
(MLM)
Colombia, Febrero 2013
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