REVOLUCIÓN CULTURAL

"En el mundo actual, toda cultura, toda literatura y arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una línea política determinada. No existe en realidad, arte por el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle paralelo a la política o sea independiente de ella. La literatura y el arte proletarios son parte de la causa de la revolución proletaria en su conjunto; son, como decía Lenin, engranajes y tornillos del mecanismo general de la revolución." - Mao Tse-tung

sábado, 1 de diciembre de 2018

MASACRE DE LAS BANANERAS



A 90 años de la masacre de las bananeras, es decir, del bautizo de fuego que la burguesía y el imperialismo norteamericano le propinaron a la clase obrera colombiana entre los días el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena, vemos la necesidad de recordarle al proletariado colombiano los autores de aquel horrendo crimen, quienes hasta la fecha están impunes y y continúan viviendo a costa del sudor y quebrantos de los obreros bananeros, quienes aun con su brazo armado militar y paramilitar continúan desangrando al pueblo colombiano. El resultado fue de miles de asesinados por el Ejercito Colombiano que posteriormente fueron desaparecidos y decenas de torturas. La United Fuit Company, la multinacional del imperialismo norteamericano, actuó de común acuerdo con el Ejercito Colombiano por medio del infame Cortes Vargas para aplastar la huelga bananera.

Por el aquel entonces existía un núcleo de comunistas quienes mas tarde fundarían el Partido Comunista de Colombia. La huelga estuvo influenciada por esos elementos revolucionarios  que no tuvieron una buena perspectiva para orientar decididamente la huelga, aun así fue una gran Huelga que significo en la lucha del proletariado Colombiano por su envergadura y de la que todos los obreros deben extraer lecciones, Ignacio Torres Giraldo en liquidando el pasado nos describe: "La ausencia del partido y de los sindicatos en la gran huelga de las plantaciones de bananos, y el hecho de que yo caractericé aquella heroica batalla como un “conflicto económico”, todo esto me indujo a pensar que los “errores” en lo general de nuestro movimiento se debían fundamentalmente a la incapacidad de comprender una situación concreta, a la falta de análisis marxista-leninista de la realidad. Pero ahora, después que he conocido las declaraciones de Uribe Márquez Julio Buriticá hechas al plenum de julio de 1930, me explico perfectamente el proceso que nos condujo a la traición de la huelga de las plantaciones de bananos.

Así como sabía yo hasta cierto punto el contacto con los elementos militares del liberalismo cuya base social se halla naturalmente en la burguesía a cuya clase sirven, sabía sobre la preparación de la huelga de la Zona Bananera. Esta huelga se concebía simultáneamente en toda la costa del Mar Atlántico, con centrales en Ciénaga, Cartagena y Barranquilla. Esto significaba mover el país por su base principal. Significaba movilizar la navegación del Río Magdalena en una extensión de 1.000 kilómetros. Si se agrega que la costa del Pacífico, incluso el Valle del Cauca y sus vías de enlace con el interior del país, estaba en poder del movimiento organizativamente, la cuestión se presenta bajo perspectivas de una huelga general nacional. Pero esta preparación estaba retrasada en los departamentos de Bolívar y Atlántico, sobre todo en éste último.

¿Qué se maduraba en esta gran huelga? De una parte, no se supo explicar “por razones conspirativas” su significación a las amplias masas del país, pero de otra parte podemos deducir que ésta no era la política de las combinaciones, y que por esta causa la preparación de la huelga se reducía a pequeños grupos de Bolívar y el Magdalena.

En un período de tiempo en que se hacían pocas huelgas por no desperdiciar energías ni avizorar al gobierno, se “adelantó” la Zona bananera que no estaba, seguramente, bien al corriente de las combinaciones. En estos momentos (fines de 1928) entraba el bloque en una precipitada descomposición. La lucha contra la “ley heroica” que procuró una alianza pública entre el partido y el liberalismo, hecho sumado a una serie de delaciones, dio por resultado que se apoderasen de la dirección un grupo de liberales reformistas enmascarados de comunistas, tales como Prieto, Bernal Azula, Lleras Camargo, Dávila, Echeverri. Claro que la huelga metió miedo a una tal dirección que pensó que ya era la revolución. Mientras tanto, Uribe Márquez, los generales y los hombres de confianza veían en la huelga un adelanto que podía producir el aborto de la “revolución”.

No había un criterio del partido para las condiciones en que estalló la huelga; se la vio de los sindicatos como a una de las muchas huelgas locales, regionales del país; los sindicatos no conocían condiciones especiales de una huelga agrícola en las plantaciones de los imperialistas, naturalmente a causa de que sus dirigentes oportunistas no lo enseñaron, de que las direcciones no les movilizaban. El modo provincialista de ver la lucha proletaria era todavía una herencia viva de los tiempos del mutualismo, del primitivismo general.

Yo vi una huelga parcial que podría obtener, relativamente fácil, un éxito parcial. Yo partía del pliego de exigencias, que conocía, de la manera de conducir la dirección local la huelga en sus primeros momentos y de una situación muy favorable. Suponía que se obtendría el éxito en el período del arreglo directo. La huelga era “legal” y contaba con el apoyo popular de la región. En mi apreciación, por mínimo que fuese el éxito, desde el punto de las exigencias del pliego, el sería un grade éxito que consolidaría nuestras fuerzas organizativas en los departamentos del Mar Atlántico.

No podía ser más provincialista una tal apreciación, con la cual me limité la huelga reduciéndola a un simple “conflicto económico”. Este error me condujo a ocultar el contenido político de la huelga y su carácter antiimperialista, y constituyó una falta muy grave que restó solidaridad al proletariado en lucha, que frenó el medio en donde yo actuaba no movilizando las masas con métodos revolucionarios en momentos que la clase obrera se hallaba en una batalla contra el imperialismo, la burguesía nacional y el aparato del Estado. Pero ¿es que la dirección del partido y la dirección sindical no sabían la magnitud de la huelga? ¿Y qué hicieron por la solidaridad, por la movilización de las masas, por la lucha abierta contra el imperialismo, la burguesía nacional y el Estado? Tal es el momento de la traición abierta al proletariado en lucha, al proletariado asesinado en masa por el Estado sirviente del imperialismo. Esas direcciones, de un lado por miedo al movimiento revolucionario y de otro porque no era tiempo de dar el golpe, han conducido a los sindicatos y a quienes hemos participado en la pasividad criminal frente a la huelga, a participar de la traición consumada contra el proletariado de las plantaciones de bananos(1)."

Lo que fue la masacre de Las Bananeras a través de los testimonios de los sobrevivientes.




En el vídeo se da un enlace de descargar de un libro que recopila las denuncias de Jorge Eliecer Gaitan en el congreso. El texto es una recopilación de pruebas y testimonios que realizo Gaitan en donde desenmascara el plan siniestro y macabro de la masacre, cuyo perpetradores fueron el Estado Colombiano y la United Fruit Company, es bueno leer el material y entender de antemano que Gaitan no fue ningún revolucionario sino un reformista preocupado en limpiar las lacras del capitalismo.

Otro dato importante a tener en cuenta fue que la United Fruit Company fue comprada en 1969 por Zapata Corporation, una empresa relacionada con G.W. Bush, desde ese momento cambio su razón social por Chiquita Brands y aun hoy opera bajo ese nombre. Chiquita Brands fue sacudida por escándalos de nexo y financiación de los grupos paramilitares en el Urabá Antioqueño entre 1997 y el 2004, cometiendo otro sin fin de crimenes en contra de las masas obreras, por solo mencionar algunos hechos, los grupos paramilitares financiados por Chiquita Brands cometieron el homicidio de 4.335 personas entre 1995 y 2004 en Apartadó, Turbó, Chigorodó y Carepa. También la desaparición de 1.306 personas en ese mismo periodo de tiempo, el desplazamiento de 1.675 pobladores, la persecución y asesinatos de sindicalistas del sector bananero y hasta en el extermino de los militantes de la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano( de orientación mamerta).


Un extracto del periódico revolución Obrera sobre el aniversario de la masacre de las Bananeras:

"La noche del 5 de diciembre el General Cortés Vargas se reunió con los agentes de la Compañía a emborracharse hasta la media noche, luego reunió a los soldados y se dirigió a la plaza de Ciénaga donde se encontraba congregada la masa de huelguistas en actitud pacífica, esperando que les resolvieran su situación. Cortés Vargas leyó el decreto sobre el estado de sitio y sin esperar un minuto dio la orden de ¡Fuego! Por 5 minutos las ametralladoras dispararon en todas las direcciones asesinando a hombres, mujeres y niños desarmados sin ninguna compasión; y no siendo esto suficiente, el criminal ordenó rematar a los heridos a punta de bayoneta. Los muertos fueron subidos a los vagones del tren y arrojados al mar… no debía quedar rastro del atroz asesinato. La Masacre de las Bananeras dejó en claro que el Estado colombiano está en manos de la burguesía, los terratenientes y sus socios imperialistas, como máquina de opresión y dominación al servicio exclusivo de sus intereses de clase, y como arma de explotación de las clases oprimidas. Es un Estado que durante toda su existencia ha utilizado la violencia reaccionaria para defender los intereses de la minoría explotadora, ahogando en sangre todo grito de rebeldía de las masas trabajadoras Hoy a pesar de la dura lección enseñada con sangre, algunos que se dicen amigos del pueblo e incluso comunistas, traicionan al pueblo desarmándolo para la lucha contra sus sanguinarios enemigos, llamándolo a conciliar y a respaldar la mentirosa paz de los ricos que sigue siendo guerra contra el pueblo. Para alcanzar la paz que quiere y necesita el pueblo colombiano, debe destruir con la violencia revolucionaria de las masas, el Estado opresor y explotador, destruirlo con todo su ejército –militar y paramilitar–, con toda su policía, con todo su aparato gubernamental de politiqueros y funcionarios, con todos sus jueces y carceleros, con todos sus curas, brujos y pastores."


Notas:

1. Ver enlace completo en http://www.revolucionobrera.com/efemerides/ignacio-torres-giraldo-un-luchador-que-vale-la-pena-emular/



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